Guillermo Pereyra sigue siendo el objetivo primario del
Mallorca, para la intromisión del Wolsfburgo y los problemas
contractuales que tiene el centrocampista con River Plate están
dilatando la operación, que podría aplazarse hasta el próximo
verano. Si eso acaba sucediendo, la entidad que preside Mateu
Alemany tiene claro que insistirá con Movilla, futbolista al que
Aragonés conoce a la perfección. José María Movilla Cubero (Madrid,
8-2-1975) ha militado durante las dos últimas campañas en el
Atlético, donde ha coincidido con el actual preparador del
Mallorca. Fue pieza clave en el equipo que logró el ascenso a
Primera División, y luego tuvo menos protagonismo cuando el
conjunto rojiblanco ya jugaba en la máxima categoría. La llegada de
Manzano le ha marginado definitivamente, hasta el punto de que el
club insiste en que se marche.
El pasado martes, justo dos días después de que la afición
atlética clamara por la inclusión de Movilla en el equipo para el
partido ante el Athletic de Bilbao, en las oficinas del Vicente
Calderón hubo una reunión entre Gregorio Manzano, Miguel Àngel Gil,
Toni Muñoz, José Antonio Martín -agente del futbolista- y el propio
Movilla; en esa cónclave Manzano le reiteró al centrocampista que
no contaba con él y que, con la llegada de Gabi, su concurso estaba
descartado. El club le instó a que aceptara alguna de las ofertas
que habían llegado por el futbolista, entre ellas la del
Mallorca.
Luis Aragonés sigue esperando que Movilla recapacite y decida
finalmente marcharse, momento que aprovecharán para echar las redes
sobre el centrocampista.
Mientras, la secretaría técnica también maneja la alternativa de
Torrado, pivote mexicano que acaba ser dado de alta en el Sevilla
tras conseguir la doble nacionalidad. El club tratará de forzar la
llegada de alguno de los tres futbolistas antes de que finalice el
plazo de fichajes en febrero.
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