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Su rostro delata el cansancio acumulado en las últimas semanas, pero de sus palabras se desprende el entusiasmo propio de quien confía en sus prestaciones. Rafael Nadal regresó ayer a Mallorca después de exponer sus precoces cualidades en un Open de Australia que le ha descubierto definitivamente ante el resto del mundo. Ahora, su inclusión en el próximo equipo español de Copa Davis llena por completo sus metas a corto plazo y cuando el G-3 anuncie hoy oficialmente la composición del equipo que debe medirse a la República Checa, estará realmente preparado para llenar un hueco que ha pasado a convertirse en la gran asignatura pendiente del tenis español. Todo, incluso el gesto de Nadal cuando se le pregunta por su convocatoria, apunta a que será la gran novedad de la selección para acudir a Brno. Allí formará la pareja de dobles junto a Tommy Robredo y si la fórmula ideada por los técnicos llega a cuajar, su presencia en los próximos compromisos estará más que asegurada. Nadal no quiso extenderse en sus comentarios a la espera de que llegue la confirmación definitiva, pero ya sabe que el domingo deberá poner rumbo a la capital checa para ir preparando la eliminatoria.

«Llevan una semana haciendome la misma pregunta, pero el equipo no se decide hasta mañana -por hoy-. La pareja funciona bastante bien y aunque perdimos el otro día, la mentalidad no era la mejor como para ganar. Yo tenía mal una rodilla y era conveniente descansar para no estropear otras cosas que a lo mejor son más importantes», asegura. El manacorí recuerda mientras tanto que su comienzo de año está siendo inmejorable. «Estoy contento porque aparte del Open de Australia, empecé perdiendo en Chennai en primera ronda aunque gané el doble y eso me dio bastanta confianza. Después en Auckland jugué bastante bien y aunque perdí en la final, tuve opciones de ganarla», señala. El tenista continúa explicando que «después en Australia gané el primer partido con bastante facilidad, más de la esperada y luego el segundo partido sufrí bastante e hice uno de mis peores partidos, pero tal vez la confianza y la suerte me hicieron ganar. Ante Hewitt estuve muy bien y me faltaron unos cuantos puntos. Él es un super campeón y ya no falló. Jugando a este nivel un partido se te puede ir en pequeños detalles», recuerda.

Su otro gran reto, éste a largo plazo, pasa por llegar a incluirse proximamente en el Top Ten, pero él prefiere no avanzarse a los hechos. «Hay que ser realista y eso está complicado este año, casi imposible. Si sigo jugando y entrenando así y mejor, subiré el ranking seguro aunque no creo que llegue a ese nivel», comenta. El tenista entrenará esta semana en la Isla antes de marcharse a Brno y después disputará el torneo de Milán aunque no estará presente en Rotterdam. Posteriormente le esperan en Marsella, Dubai, Indian Wells y Miami.