El nombre de Toni Colom ya forma parte de la leyenda. El ciclista
de Bunyola inscribió su nombre en el libro de honor de la
Challenge, precisamente en su 13ª edición, y permitió al Illes
Balears-Banesto estrenarse en lo más alto del podio. Dando toda una
lección de cómo se tiene que controlar la carrera, el conjunto de
Eusebio Unzúe asumió el mando de la misma. Los 176 corredores que
tomaron la salida en Magaluf afrontaban 148,3 kilómetros con cinco
cotas de montaña puntuables y muchas emociones por delante.
En la ascensión al Coll de Sa Gramola, Illes Balears-Banesto
tiraba del pelotón, con Toni Colom en las posiciones delanteras. En
su cima, Alejandro Valverde (Comunitat Valenciana-Kelme) seguía
exhibiendo su brillante estado de forma, pero en pleno descenso
crecieron los problemas. Javier Pascual Rodríguez (Comunitat
Valenciana-Kelme) y Rof Aldag (T-Mobile) saltaban ante la
perplejidad de sus compañeros, alcanzando una renta de 2:30 a su
paso por el Coll de Claret. Los 50 segundos de los que disponía de
renta Colom respecto a Aldag le alejaban de lo más alto de podio.
Con el paso de los kilómetros, el margen se mantenía intacto,
aunque el grupo de Unzúe se resistía a dejar pasar la ocasión de
inaugurar su palmarés en el curso 2004. El Comunitat
Valenciana-Kelme planteada batalla con constantes escaramuzas
neutralizadas por un excepcional Aitor Osa, que asumió a la
perfección su papel, y junto a los Reynés, Karpets, Menchov y
compañía trabajó sin descanso para que Aldag no se hiciera con la
suya. En el Coll de Sóller eran sólo cincuenta los segundos, renta
que creció levemente y hasta el minuto y medio con la llegada del
kilómetro 102.
En ese instante, Comunitat Valenciana-Kelme inició las
hostilidades más en serio si cabe. Los dos fugados pusieron punto y
final a su larga aventura tras 78 kilómetros. Entonces, un grupo de
catorce unidades, con Colom y sus escuderos en los puestos más
destacados, se hizo con la batuta de la prueba. Osa vigilaba
cualquier escaramuza y los sprinters, caso de Freire o Zabel, se
dejaban ver, aunque a veintiséis kilómetros para meta, el pelotón
acabó con la escapada que parecía buena. Alejandro Valverde quería
volver a ser la estrella y Colom no dejaba escapar detalle en la
última ascensión de la jornada, el Coll dels Tords.
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