El equipo que componen Tommy Robredo y Rafael Nadal apunta
buenas maneras, pero todavía está apartado de las exigencias de una
competición como esta. El dúo de la República Checa aglutina
numerosos éxitos en su palmarés. Su número uno ha ganado quince
torneos del circuito. Además, ha disputado la final de dos grandes,
Wimbledon, en el 2001 y el Abierto de Estados Unidos un año
después, ya con Stepanek, que posee seis títulos, como pareja.
Robredo y Nadal, decididos a dar continuidad a su proyecto en un
futuro han disfrutado de un estreno ilusionante y ya poseen el
triunfo en Chennai este mismo año. Además, juntos superaron tres
rondas en Australia. El panorama es expectante. Pero la Copa Davis
es otra cosa.
El catalán y el mallorquín son la esperanza a la asignatura
pendiente que persigue al tenis español en esta competición. Desde
Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal el punto de dobles ha dejado
de ser una garantía. Salvo excepciones ocasionales como las que
sucedieron con Alex Corretja y Joan Balcells. El nuevo proyecto
necesita tiempo.
Como el que llevan juntos los checos. Un grupo alejado
tenisticamente del español. En cantidad y calidad. Pero sostenido
por Novak. El gigante de Zlin encauzó la victoria de la República
Checa a pesar de la entrega y la fe de los jugadores de España.
La solidez en el servicio y la contundencia sobre la red de la
pareja centroeuropea limitó las opciones de Nadal y Robredo. El
equipo español nunca inquietó a su adversario en la primera manga.
Sin embargo, los checos aprovecharon la primera ocasión de rotura
del saque hispano, de Nadal, para sellar el 'break' y asegurar el
set en menos de media hora (6-4).
España tiró de furia después. Se mostró más concentrada y Tommy
Robredo asumió la responsabilidad. Arriesgó en los momentos
importantes y no flaqueó en el servicio. Con todo el equilibrio
apareció la primera luz de esperanza para alterar el partido. Fue
en el octavo juego. Pero Novak solventó la papeleta con claridad.
La pareja española, incluso, tuvo un punto de set en el décimo
juego, pero el checo terminó con la amenaza.
El set terminó abocado al desempate. Robredo y Nadal salvaron
tres puntos en contra, pero al final terminaron por claudicar
(7-6). La derrota parcial supuso un mazazo para los hispanos, más
cerca que nunca de igualar el enfrentamiento.
Y eso se notó. A las primeras de cambio el conjunto checo rompió
el saque de Nadal, sobre el que decidieron cargar el juego una vez
visto el buen momento de Robredo y las dudas del mallorquín. El 2-0
allanó el camino de la República Checa. Resolvió cada uno de sus
servicios -no cedió ni uno en todo el partido- y cerró sin
sobresaltos el partido, el punto y encarriló una eliminatoria que
se decidirá hoy. Nadal jugaría un hipotético quinto punto.
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