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3 SEVILLA: Esteban; Redondo, Javi Navarro, Pablo Alfaro, David; Gallardo (Jesús Navas, m,70), Baptista, Martí, Antonio López; Antoñito (Carlos, m.79) y Darío Silva (Podestá, m.65).
0 MALLORCA: Leo Franco; Edu Moya, Niño (Nadal, m.56), Lussenhoff, Poli; Finidi, Nagore (Campano, m.52), Colsa (Pereyra, m.63), Nené; Bruggink y Delibasic.
Goles:
1-0: m.50, Baptista.
2-0: m.55. Gallardo.
3-0: m.85, Martí.
Arbitro:
Bernardino González Vázquez (c. Gallego). Mostró tarjeta amarilla a Nagore (m.33), Lussenhoff (m.42), Martí (m.87).

Llegó el Mallorca a Sevilla con la posibilidad de dar un golpe, cicatrizar la herida de la última derrota y volver a alzar la vista. Pero la cruda realidad lo arrastró a las tinieblas de una dolorosa derrota frente a un rival enfebrecido que jugó una segunda parte memorable. El Sevilla combinó orden y seda, una mezcla demoledora que destrozó a su rival. En los primeros diez minutos de la segunda parte quedó sellado el negro destino de un Mallorca que se mete de nuevo en arenas movedizas. (3-0).

El Mallorca comenzó mejor plantado. El grupo de Luis presionó con rigor desde muy arriba, robó balones con reiteración e intimidió cuando fue necesario. Colsa y Nagore ocuparon el espacio con sentido, había buenas noticias por las bandas y arriba se olía el peligro.

El Sevilla tuvo problemas atrás, muchas imprecisiones, despejes defectuosos y falta de atención que crearon situaciones de riesgo en su área. El esfuerzo del partido ante el Real Madrid se sumaba a la cadena de inconvenientes. Y el Mallorca se había convertido en un buen equipo, un rival convencido de sus posibilidades, fiero sin el balón y ortodoxo con él.

Al primer cuarto de hora, el grupo balear ya había provocado el murmullo en las gradas de Nervión. El primer aviso llegó a los cinco minutos. Delibasic dejó de tacón a Colsa y el cántabro sacó a pasear su diestra con un disparo que salió rozando el poste. Instantes después, el montenegrino peinó el balón, dejó a Bruggink con un pasillo hacia la portería pero el control del holandés tiró la ocasión a la basura. Y la tercera oportunidad consecutiva fue a raíz de una pifia de la zaga local que Pablo Alfaro arregló ante la presencia de Delibasic.

Caparrós alzó la voz, se puso los brazos en jarra y sus jugadores comenzaron a espabilar. El Sevilla tumbó el campo a la derecha, donde Gallardo y Redondo se asociaron con criterio. Las líneas se juntaron, el mallorquín Martí se adueñó del balón y Leo Franco se ganó el sueldo en unos minutos de monólogo sevillista. Primero con una falta de Martí que despejó el argentino, después con un cabezazo de Darío Silva que escupió el larguero y finalmente con un centro de Gallardo que Edu Moya despejó cuando Antoñito ya se había lanzado en plancha para rematar la acción.

El Mallorca acabó entrando en la batalla cuerpo a cuerpo, olvidó el buen fútbol de su primera media hora, se desequilibró y cedió ante el empuje sevillano.

El grupo de Luis se desenchufó por completo de un duelo que controlaba, dejó de verle los ojos a Esteban y comenzó a vivir a merced de su rival.

Martí, que se multiplicó ante el apagón de Baptista, maniató las opciones isleñas en la zona de creación y dirigió el tráfico con sentido. Antoñito también creció a medida que avanzaba el reloj y puso en apuros a Leo Franco.

Las huestes de Luis, mientras tanto, lo rifaban todo a la contra, a algún error local. En uno de ellos el grupo balear dispuso de una gran oportunidad. Finidi recibió de Bruggink, se escoró a la derecha y soltó un remate seco y duro que Esteban despejó al centro, Delibasic buscó el rechace pero Martí, muy atento, tuvo tiempo para meter la pierna y enviar a la esquina.

En la otra acera del partido, la actitud del Sevilla empujó al Mallorca hacia su área. Antoñito se juntó al medio centro para arrancar, mientras que Gallardo encaraba con descaro a Poli. Por fortuna, ni Baptista ni Darío Silva, los goleadores del Sevilla, vivían su mejor partido. El sevillano desperdició una magnífica acción de Antoñito con un disparo que salió alto; y el uruguayo no acertó con un buen servicio desde la diestra.

La reanudación marcó un rumbo idéntico al del epílogo de la primera parte, con el Sevilla en lo alto del partido y el Mallorca cediendo terreno. Baptista adelantó unos metros su demarcación y el grupo de Caparrós mejoró en circulación y orientación.

En diez minutos de apagón, el Mallorca se enredó en la incomprensión y engrandeció al Sevilla. Recibió dos goles y la imagen de aparente desidía quedó clavada en el primer tanto, cuando Baptista remachó a la red un servicio desde la izquierda de Antonio López en una acción de segunda jugada, tras el pase inicial de Gallardo que se paseó por delante de la portería.

Con los petardos del Pizjuán sonando de fondo y Fernando Niño, lesionado en la jugada del primer gol, en la camilla, el Sevilla aprovechó el desorden para matar el partido. Martí vio el desmarque de Darío Silva, que arrancó desde su propio campo en posición legal y le cedió el gol en bandeja a Gallardo. Dos goles en tres minutos y partido cerrado.

Martí apuntilló al Mallorca con un golazo de lujo, sentando a los rivales que le salían al paso y finalizando con un toque de seda con el exterior. El Pizjuán se pobló de pañuelos tras el gol del mallorquín ante la mirada atónita del "Guille" Pereyra, que vivió un amargo estreno en la Liga española.

Federico Lussenhoff no estará el próximo domingo a disposición de Luis Aragonés por acumulación de amonestaciones. El central argentino vio ayer su quinta tarjeta amarilla de la temporada y, por lo tanto, deberá cumplir un partido de sanción.

Lussenhoff, por cierto, se perderá su primer partido desde que reapareció tras perderse el primer tramo de Liga.

El sustituto del jugador cedido por el Tenerife será Miquel Àngel Nadal en una demarcación, por cierto, que quizás también pierda a su otro integrante, el andaluz Fernando Niño, que se lesionó.