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La política deportiva del actual Ejecutivo volvió a ser puesta en duda por parte de la oposición en el Parlament. A petición del diputado del PSIB-PSOE Antoni Diéguez, la consellera de Presidència i Esports del Govern, Maria Rosa Puig, compareció ante la Comisissió d'Assumptes Institucionals i Generals, con la finalidad de responder a algunos de los interrogantes que para Diéguez rodean la labor de Puig y su director general d'Esports, Pepote Ballester. La primera de las tres cuestiones tratadas fue la exhibición automovilística sobre la que trabajó el Govern. Sobre la presencia de Michael Schumacher y Fernando Alonso en el Passeig Marítim, Puig aclaró que «nunca fue una iniciativa del Govern, pudo tratarse de una maniobra de los patrocinadores de los pilotos» en especial del alemán.

Sobre el prematuro descarte de la candidatura de Palma de Mallorca como sede de la Copa América 2007 de vela, Diéguez puntualizó que se trata de «una muestra más de la falta de iniciativa deportiva del Govern». Además de desmentir que Pepote Ballester no dejará Esports para integrarse en la organización del evento -que finalmente se celebrará en Valencia-, la titular de Presidència explicó que decisiones de este calibre «no son competencia de los gobiernos, sino de las entidades que promueven estos eventos. Todos creíamos que éramos favoritos, pero el sindicato «Alinghi» optó por Valencia, pese al buen trabajo que se hizo por parte de todas las instituciones implicadas».

En ese instante, Antoni Diéguez profundizó en el dilema al ser eliminados por motivos extradeportivos, además de deinir la designación de Valencia como «una decisión política». El desequlibrio en el reparto de ayudas realizado por Illesport no pasó de largo. «Nos gastamos 18 millones de euros en un equipo ciclista y un millón en veintisiete conjuntos de élite», exclamó el representante socialista, quien habló de «descompensación» en la línea de actuación.