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José Antonio Diego|BUDAPEST
Seis medallas, la cifra récord del atletismo español en los Mundiales en pista cubierta, es el objetivo soñado por el equipo nacional de 32 miembros que de hoy viernes al domingo competirá en el Budapest Arena con el recuerdo todavía vivo de una formidable actuación junto al Danubio. Han transcurrido exactamente dos años desde la gran explosión del atletismo español en los Europeos en sala de Viena. El deporte español, conmocionado por el positivo del esquiador de fondo Johan Muehlegg en los Juegos Olímpicos de Salt Lake, recuperó la autoestima en la capital austríaca con once medallas en tres jornadas memorables.

El Danubio puede ser el hilo conductor entre aquel éxito real, que cinco meses después fue superado al aire libre en los Europeos de Munich (15 medallas), y el posible de Budapest. Los Mundiales en pista cubierta cambiaron de ciclo. Por eso vuelven a disputarse un año después de Birmingham, donde España consiguió su actual récord de metales: oro para Manuel Martínez en peso, platas para Alberto García y Marta Domínguez en 3.000, para Glory Alozie en 60 m.vallas y Yago Lamela en longitud; y bronce para Mayte Martínez en 800.

En Budapest no estará uno de aquellos medallistas (Alberto García cumple suspensión por dopaje), pero, a cambio, España ha recuperado a dos aspirantes a podio, el sevillano Antonio Jiménez «Penti» (3.000) y el valenciano José Antonio Redolat (1.500), que se perdieron el curso 2003 por lesiones y desconfianzas. El presidente de la Federación Española de Atletismo, José María Odriozola, casi siempre certero en sus predicciones metalíferas, apuntó una docena de posibilidades de medalla en Budapest y precisó que de ellas suelen cuajar la mitad.