Isinbayeva, que ya había batido dos veces el récord mundial este
año y después lo había perdido en beneficio de su compatriota
Svetlana Feofanova, lo recuperó en Budapest por un solo centímetro
y en su primer intento. Feofanova se había quedado en 4,70
-terceray la estadounidense Stacy Dragila, ex plusmarquista
mundial, hizo dos inútiles intentos en 4,91.
Minutos antes Tatyana Lebedeva, con dos oros en su historial,
hizo olvidar a la anterior campeona del mundo, la británica Ashia
Hansen, ausente por lesión, y le arrebató de un golpe el título y
el récord mundial de triple con su último salto, de 15,36. La
plusmarca anterior (15,16), conseguida en Valencia, había durado
seis años.
Por otra parte, Antonio Jiménez «Penti» y Sergio Gallardo
disimularon con su paso valiente por la final de 3.000 metros el
desaguisado español de la segunda jornada de los Mundiales, en la
que España, sexta potencia mundial según el ránking, perdió por el
camino a un puñado de aspirantes a medalla.
Mayte Martínez abandonó la pista llorando, lo mismo que Antonio
Reina; Juan Carlos Higuero se despidió a la francesa, sin
comentarios; Ruth Beitia no acompañó a la final de altura a Marta
Mendía y en general el equipo español, que soñaba con ganar en
Budapest media docena de medallas, ofreció una pobre imagen.
Penti volvió a demostrar que está de vuelta. El año de ansiedad
tras conquistar el título europeo de 3.000 metros obstáculos ha
quedado atrás y vuelve a figurar en la nómina de favoritos, por más
que el cuarto puesto le haya dejado un regusto amargo.
El sevillano corrió muy atento desde la salida y supo responder
en el último kilómetro a cuantos ataques se desataron. Le faltaron
dos metros para alcanzar al etíope Markos Geneti, tercero, mientras
por delante el keniano Bernard Lagat (7:56.34) superaba en el
esprint al portugués Rui Silva, campeón en Lisboa'01.
Sergio Gallardo completó la buena imagen española en la final de
3.000. El leonés, que debutaba en un Mundial, terminó quinto, a
medio segundo de Penti y dio, como en andaluz, muestras de
entereza. El responsable español de fondo, Luis Miguel Landa, les
había pedido que arreglaran «aquello» y cumplieron.
La tensión de la cámara de llamadas, donde los atletas aguardan
el momento de salir a la pista, devolvió a Redolat la sensación de
sentirse atleta y derrotó, por el contrario, al campeón de España
de 1.500, Juan Carlos Higuero, que llegó a Budapest como aspirante
a medalla y se va sin disputar la final.
Mayte Martínez, Antonio Reina y Juan de Dios Jurado fracasaron
en 800 y Manuel Martínez accedió a la final en lanzamiento de
peso.
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