Una nueva entrega del clásico balear de la LEB llega en un momento
determinante para Drac Inca y Coinga Menorca. Inmersos en dos
guerras diametralmente opuestas, buscan en el Palau d'Esports
(domingo, 18:30 horas) un triunfo vital para sus aspiraciones,
aunque los números obligan a hacer una reflexión a la hora de
formular un pronóstico.
Y es así porque se cruzan en el camino dos trayectorias opuestas
en la clasificación, pero con curiosas similitudes estadísticas. El
Drac Inca es uno de los conjuntos más sólidos de la competición en
casa, como lo certifican las diez victorias que ha logrado ante sus
incondicionales. Sólo CAI, Gijón, Cáceres y Bilbao han salido
airosos de es Raiguer. Pero el panorama cambia cuando el Inca
abandona su centro de operaciones. Entonces, los números preocupan
de la misma manera que la actitud del equipo. Dos victorias -en
Plasencia y La Palma- adornan el palmarés foráneo de los
gualdinegros, que tan sólo tienen a Algeciras y Tarragona por
detrás en este aspecto.
Mantenerse firmes en el Palau, en el que no conocen la derrota
en la segunda vuelta, y las derrotas de sus compañeros de fatigas
en el vagón de cola, permiten albergar esperanzas que pasarán un
test ante Menorca, Aracena y Huelva. Por contra, el devenir del
grupo de Curro Segura traza una línea más regular. Segundos y a la
caza del liderato, son el mejor visitante de la LEB con diez
triunfos a domicilio, los mismos que el Plasencia. Pasar por encima
de los rivales directos del Inca y permitirse alguna alegría en
Zaragoza o Plasencia ha sido la receta del éxito para un conjunto
que ha sabido madurar. En casa, ocho victorias sirven para cubrir
el expediente. Un anfitrión que vende cara la derrota ante su
hinchada y un equipo acostumbrado a aguar la fiesta, una mezcla
explosiva sobre el parqué del Palau.
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