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El tránsito entre marzo y abril va a acabar de perfilar el papel del Drac Inca dentro de la Liga LEB. El varapalo sufrido ante el Coinga Menorca (80-84) ha roto la impecable trayectoria como local de los gualdinegros durante la segunda vuelta -cinco de cinco- y convierte la cita ante Aracena (domingo, 18 horas) en un partido a vida o muerte. Los catalanes han sido los eternos colistas, pero su reacción ha resultado evidente. A favor del Inca juega la superioridad de su cinco inicial, aunque tendrán la labor de defender ebasket average, favorable por el momento a los mallorquines (88-75 en la ida). Ganar en Ponts (Lleida) supondría alejar de manera casi definitiva la última y fatídica plaza. Aquella que condena al descenso directo a su inquilino tras la disputa de la 34ª jornada.

Dependiendo de manera directa de lo que haga ante Aracena y Huelva, Drac Inca puede verse abocado a buscar ante castellanos y andaluces una de las dos plazas adjudicadas para jugar las series por la permanencia. Sería el mal menor a día de hoy echando un vistazo a la clasificación. Y es que todos los empates son desfavorables para los intereses inquenses. Los baleares sólo tienen el cruce favorable con Ourense y, de manera provisional, con Aracena. Entonces, todas las cábalas dan la espalda al Drac Inca. El encuentro entre Algeciras y Aracena podría resultar clave, aunque la dificultad del calendario de gaditanos y catalanes, y algunos enfrentamientos directos en los que otro implicado, el Tarragona, tendría mucho que decir, podrían jugar en favor del Drac Inca, que hasta el pasado domingo dependía de sí mismo. Las cuentas y elucubraciones pasan de manera irremediable por el partido ante el Aracena, un choque en el que una brillante trayectoria en la LEB pasará el test más fiable. El vestuario se ha conjurado para sacar adelante un partido que todos sabían que marcaría un punto de inflexión, y que a buen seguro lanzará al conjunto que resulte ganador. Drac Inca se la juega, y en el club todos son conscientes de que una derrota podría tener consecuencias terribles a medio plazo, y más si el Huelva extiende la dinámica.

Pero si la dinámica se mantiene, es decir, el Drac Inca baja los brazos -no ganan lejos del Palau desde el 16 de enero en La Palma, 75-87-, el panorama se oscurecerá de forma radical. Más cuando la siguiente cita en casa es ante el Ciudad de Huelva, resucitado en la tabla a expensas de disputar el encuentro que aplazó en su día con el CAI Zaragoza. El destino quiere que, si los acontecimientos se precipitan, el Drac Inca se juegue ante los aragoneses y en el Príncipe Felipe su existencia en la categoría de plata. Pero antes tendrá que afrontar dos exámenes de entidad que medirán la capacidad de reacción de un equipo castigado por las circunstancias: León y Los Barrios.