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Amador Pons (Barcelona)
Carlos Moyà no podrá revalidar este año el Conde de Godó. El mallorquín se topó ayer en octavos con un inmenso Gastón Gaudio que mostró lo mejor de si mismo para sacarle del torneo. El tenista argentino aprovechó la debilidad del saque del balear en dos momentos puntuales para romperle el servicio y sentenciar en ese punto el partido. Moyà tuvo que ir a remolque ante la exhibición del sudamericano y buscó con insistencia las fisuras de su rival, pero estas no aparecieron y el choque se consumió tras dos sets (6-4/6-4). Eso impedirá al isleño seguir adelante en el torneo catalán, pero le permitirá descansar de cara a preparar las citas de Roma y Hamburgo, que se presentan como determinantes en su intento por recuperar el número uno.

Tras el partido, Moyá admitió que que la derrota en Barcelona «duele mucho más» que en cualquier otro sitio. Además, el partido se jugó en una pista muy pesada, a causa de la persistente lluvia caída sobre la Ciudad Condal y eso perjudicó su juego, según reconoció al término del partido. «Ante Gaudio necesitaba jugar con bolas vivas y con muchos efectos, pero no podía ser. No he jugado mal, pero las condiciones no me eran propicias. Además, Gaudio ha estado muy bien y si siempre estuviera así, estaría más arriba en la clasificación», indicó.

Por lo demás, Kuerten cada vez se parece al gran campeón que fue antes de la lesión en la cadera, tal y como demostró ayer en su victoria ante el argentino Guillermo Cañas (6-3, 6-7 (1) y 6-3). El invitado sorpresa a los cuartos de final del torneo es el tenista belga Kristof Vliegen, un jugador procedente de la fase previa que eliminó a otro tenista que entró de esa forma en el cuadro, el francés Olivier Patience por 6-3 y 6-4. Ahora el argentino Nalbandián tendrá el camino franco para poder alcanzar las semifinales.