Stevie Johnson, Javier Bulfoni, Jesse Young, Nkechi Ezugwu y Matías Ibarra, el quinteto base del Drac Inca, en la pista del Palau d'Esports. Foto:JAUME MOREY

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Fernando Fernández (Ourense)
Buena parte de las aspiraciones del Drac Inca pasan por el devenir del tercer encuentro de la serie por la permanencia que los mallorquines disputan esta noche (21 horas) en el Pazo Paco Paz de Ourense. En una cancha históricamente adversa y con un ambiente hostil, el cuadro de es Raiguer quiere recuperar el terreno perdido el pasado domingo y al mismo tiempo dejar sentadas las bases de una salvación que pasa irremediablemente por el choque de hoy. Una derrota convertiría la cita del domingo (12:30 horas) en una final a vida o muerte, con la LEB en juego y el prestigio de un proyecto en el aire.

Consciente de las dificultades que hallará, la plantilla inquense se ha conjurado para invertir su sino como visitante y resarcirse del triunfo que se les escapó en la competición regular (74-73) y que hubiera llevado consigo un desenlace muy distinto. Toda vez que Jesse Young ha superado la contractura que le mantiene inédito en el «play out», Drac Inca cuenta con una baza y un argumento más para ser optimistas. El pívot canadiense marca las diferencias bajo los tableros y dará trabajo a Shoemaker y Wright, los ejes sobre los que se vertebra el sueño orensano. El contrapunto llega de la mano de Antonio Bustamante. Aquejado de fiebre y fuertes dolencias estomacales, su minutaje en Ourense puede verse reducido y con ello la frescura en el juego balear.

Pese a ello, se confía plenamente en la recuperación de un Bustamante que ha dotado de descaro y espectacularidad al juego de un Drac Inca que no puede prescindir de su concurso. También preocupa Ezugwu, que aún arrastra molestias en el brazo fruto de la microrotura fibrilar padecida en el segundo encuentro de la eliminatoria. El británico podrá estar sobre el parqué, aunque su rendimiento es una incógnita, aunque «Pibe» Giménez y Alzamora aseguran una excelente cobertura de la pintura ante la alarmante falta de recursos de un Ourense que pretende sacar jugo del factor cancha adquirido en el Palau.