Cronológicamente, un informe elaborado por Riera Morro, el
hombre designado por Bestard para dirigir el estamento arbitral
tras la destitución de Carolina Doménech, destapa la caja de los
truenos. Riera Morro pone en conocimiento de la Federación todo un
rosario de presuntas irregularidades cometidas por José Antonio
Doménech Riera durante su larga etapa al frente del CBAF, que
inicialmente decidió remitir toda la documentación al Comité de
Jurisdicción de la FBF.
No obstante, la situación ha dado un giro significativo. Una vez
examinado con detalle el expediente y comprobadas las presuntas
anomalías e interrogantes que se desprenden de la documentación
aportada por Riera Morro, Bestard se ha visto obligado a informar a
la Fiscalía. La FBF no presenta ninguna denuncia ni cataloga o
adjetiva los hechos, sino que se limita a trasladar el expediente
por si en éste se desprende alguna conducta delictiva.
Dificultades
Miquel Bestard decidió destituir a Carolina Doménech -hija de José
Antonio Doménech- a finales de marzo y situó en la poltrona del
CBAF a Bartolomé Riera Morro. El desembarco del antiguo árbitro de
Primera División no ha sido fácil, ya que se ha topado con
numerosas dificultades internas. Garantizar la transparencia y
poder presentar las cuentas claras era una de las grandes
prioridades de los nuevos responsables del Comité. El primer
análisis de las cuentas del CBAF -efectuado por el vocal Salvador
Fornés- detectó numerosas lagunas e interrogantes. Entre los
distintos documentos que conforman el expediente figura un recibo
de teléfono de febrero de 2004 a nombre de Ibicocinas SL, que pagó
el Comité Balear de Àrbitros.
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