FRANCIA: Barthez (*), Gallas (*), Thuram (-), Silvestre (-), Lizarazu (-); Zidane (-), Makelele (-), Dacourt (-), Pires (-), Henry (-) y Trezeguet (-).
Cambios: Wiltord (-) por Dacourt; Saha (*) por Trezeguet y Rothen (-) por Pires.
GRECIA: Nikopolidis (**), Seitaridis (**), Dellas (***), Kapsis (**), Fissas (*), Zagorakis (***), Bassinas (**), Katsouranis (**), Karagounis (**), Nikolaidis (**) y Charisteas (***).
Cambios: Lakis (**) por Nikolaidis; Tsastas (*) por Bassinas.
Arbitro: Andres Frisk (Suecia). Mostró cartulina amarilla a Karagounis, Zagorakis, de Grecia, y a Zidane, Saha, de Francia.
Goles:
0-1. Minuto 65, Charisteas.
Incidencias: 50.000 espectadores acudieron al estadio José Alvalade de Lisboa.
Efe|LISBOA
Grecia acabó ayer con el mito de la selección francesa, el equipo europeo que arrasó en la última década, y se coló con total justicia en las semifinales de una Eurocopa que va a demostrar el punto de inflexión y de cambio generacional que vive el fútbol europeo. Grecia, sin complejos, se quitó de encima a Francia. Con un futbolista ejemplar, Theodoros Zagorakis. Es este uno de los jugadores más en forma del campeonato. Mandando con jerarquía. Pulmón y capitán, Zagorakis puso a Charisteas la ocasión de dar a Grecia la noche de su vida. Francia hizo un primer tiempo flojo. Por muy lejos que llegue este equipo, nada tiene que ver con aquel famoso que arrasara en el 98 en su Mundial y en 2000 en la Eurocopa. Le falta a este equipo de Jacques Santini aquel vértigo de antaño. Se ve a una selección más castigada de lo normal.
Ni Zidane anduvo cómodo, ni Henry entró por su sitio, por no hablar de Trezeguet del que no hubo noticias. Grecia, en cambio, sigue creciendo. Con ese plus de moral que da la escalada al débil, Grecia se soltó el pelo. Nikolaidis, titular por primera vez durante el torneo, avisó a los 13 minutos a Barthez, Karagounis participó en un gol fantasma que pidieron como válido los griegos al entender que el balón sí había traspasado la raya de gol de Barthez y a los 37 Fyssas también gozó de su ocasión para dar la sorpresa. Francia tuvo problemas en la creación. Cierto es que Grecia llegó a jugar con diez futbolistas por detrás del balón. Pero es que ni Dacourt ni Makelele ayudaron a dar criterio. Llamó la atención la escasa ayuda que tuvo Francia en la grada.
No hubo ese apoyo descomunal de antes. Poco menos de 5.000 franceses animaron a los 'bleus'. Quizás porque ya no despierta tanta confianza en la gente. En el segundo tramo, Francia apretó el acelerador con más corazón que cabeza. Un cuarto de hora duró ese arreón. Grecia nunca quiso ir a por el partido a lo grande. Renunció a la creación, se pertrechó atrás. Pero buscó la contra. Y Francia, comenzó a hacer daño en el momento que buscó la sorpresa. Cuando fue menos previsible, con Lizarazu explotando en la banda izquierda, Francia estuvo a punto de hacer daño a Nikopolidis. Comenzó a aparecer Thierry Henry. Eso sí sin suerte. Se le ve a Henry enfadado. Cada vez que lanza a puerta y el balón no le entra, gesticula y maldice su suerte. No se le ve feliz en el césped. No es el del espectáculo que ha ofrecido este año en el Arsenal y eso Francia lo nota. De Trezeguet, mejor no hablar. No hubo noticias hoy ni tampoco hasta la fecha. Trezeguet pasó inadvertido por esta Eurocopa.
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