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Miguel Luengo|LONDRES
Carlos Moyà salvó dos punto de partido y dio muestras de que con su tenis es capaz de lograr algo importante en hierba, pero no pudo con la sobriedad y regularidad del australiano Lleyton Hewitt en los octavos de final de Wimbledon. El de Adelaida, campeón en el 2002, se impuso a Moyà en dos horas y 45 minutos por 6-4, 6-2, 4-6 y 7-6 (3) para avanzar a los cuartos de final, donde se enfrentará con el otro jugador en el cuadro que ha sido capaz de ganar este torneo, el suizo Roger Federer, defensor del título, que apartó de su camino al gigante croata Ivo Karlovic en tres sets. Una victoria del español habría situado a un jugador nacional en los cuartos de final de Wimbledon después de que hace 32 años lo hiciera Manolo Orantes y en el caso particular de Moyà se hubiera desquitado del mal sabor de boca que acumuló en la final de Copa Davis del 2003, cuando no dispuso de la oportunidad de enfrentarse en el decisivo quinto encuentro contra Hewitt.

El reto de alcanzar los cuartos de Wimbledon continúa siendo por tanto una quimera para el tenis español, a pesar de los buenos resultados y los deseos de Juan Carlos Ferrero, el propio Moyà, que se había preparado a conciencia y del futuro que augura Rafael Nadal. Un muro difícil de traspasar, aunque cada vez son más los que se atreven, y lo prueba el hecho de que esta vez 17 se atrevieron a competir. Moyà dejó, no obstante, buenas sensaciones sobre la pista central del All England Tennis Club. Jugó un gran y agresivo tenis. Sacó con efectividad y logró 14 saques directos (uno a 213,9 kilómetros por hora), y combinó con acierto su revés cortado a una mano con el liftado a dos, pero no supo aprovechar bien sus oportunidades, como los tres puntos de ruptura que dispuso en el tercer juego del primer set, ni cuando, en plena reacción, se recuperó en el cuarto de un 2-4 para igualar 4-4, sin duda sus mejores momentos.

El español empezó demasiado agresivo y, poco a poco, se dio cuenta que su derecha podía bastar desde el fondo para dominar a Hewitt, y así lo demostró en el tercer set donde su recital con ese golpe le proporcionó un evidente protagonismo. Lástima que en el desempate del cuarto se dejara ir tan fácilmente, pero Hewitt jugó todavía más regular y aprovechó su mayor experiencia en hierba, donde tiene ya 59 victorias por sólo 12 derrotas, mientras que el balance de Carlos es de 13-14. No obstante, Moyà ha sido el primer jugador que ha sido capaz de robar un set al australiano en lo que va de torneo, y consiguió romperle el saque.