Los ciclistas del equipo Illes Balears también tuvieron que padecer
durante la etapa de ayer los efectos de una intensa y molesta
lluvia que volvió a provocar caídas en el seno del pelotón.
Después del enorme esfuerzo de la etapa anterior, los corredores
del equipo isleño se tomaron una jornada de recuperación agrupados
en torno a Paco Mancebo y Denis Menchov y aguardando a los días
claves de la ronda gala, que empiezan ya a estar próximos y que a
buen seguro resultarán determinantes.
Lo más destacable de la etapa de ayer fueron los pinchazos de
Iván Gutiérrez -éste lo hizo en dos ocasiones- y del ruso Vladimir
Karpets, que tras rezagarse del pelotón y esperar la llegada del
coche del equipo con las ruedas de recambio se reintegraron sin
problemas al pelotón principal.
Voeckler, feliz
El joven francés Thomas Voeckler, nuevo líder del Tour de Francia
tras la accidentada quinta etapa disputada ayer entre Amiens y
Chartres, dijo que «llevar el maillot amarillo es lo mejor» que le
ha pasado en su vida.
«Llevo una temporada muy buena, con triunfos importantes, pero
esto es lo mejor que me ha pasado en mi vida. Es emocionante y me
habría gustado rematar con el triunfo de etapa, pero no fue posible
porque me faltaron fuerzas al final. El maillot amarillo es una
buena compensación», dijo el campeón de Francia, que, con 25 años
lleva sólo tres temporadas corriendo en la categoría
profesional.
La joven promesa del ciclismo francés se dio cuenta de que podía
ponerse líder «a falta de 60 kilómetros» cuando comprobó que la
fuga que compartía con otros cuatro corredores no peligraba de modo
alguna por la falta de respuesta del pelotón, «sobre todo por los
equipos de los esprinters», dijo el ciclista.
Voeckler lanzó un mensaje para que su equipo pueda encontrar un
patrocinador para la próxima temporada. «Espero que esto sirva para
algo y que alguien se anima a apoyar a un grupo de profesionales
que valen la pena», señaló.
El ganador
Por su parte, el vencedor de la etapa, el australiano Stuart
O'Grady, habló de «una victoria muy especial después de unos
últimos dos meses muy difíciles para el equipo», por lo que se
sintió «muy feliz».
El corredor australiano, de 30 años, logró su segunda victoria
en el Tour, después de la conseguida en 1998 en Grenoble. «Esta
mañana en el hotel pensé que podía tener una oportunidad si me
metía en las escapadas y todo salió muy bien. El pelotón no
reaccionó y la ventaja ha sido cómoda para llevar a Chartres y
disputar la llegada», señaló.
Por otra parte, hoy se disputa la sexta etapa de la presente
edición entre Bonneval y Angers, de 196 kilómetros de recorrido y
todo a favor para que los esprinters vuelvan a tener una
oportunidad para lucirse. Será una jornada de transición de control
entre los favoritos y lucimiento para los cazaetapas.
En esa misma localidad donde estará instalada la línea de meta
se puso de líder el ciclista español Errandonea en 1967 tras
imponerse en el prólogo.
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