TW
0

La última pieza que le faltaba a Damià Seguí para completar el Son Amar más ambicioso de todos los tiempos ya se ha comprometido con el cuadro balear. El ucraniano Oleskj Gatin, atacante de treinta años con una dilatada trayectoria a sus espaldas, es la última apuesta realizada por el patrón del Son Amar, que ha puesto sobre la mesa una serie de argumentos para convertir al equipo feudatario de Son Moix en una seria alternativa al título de la Superliga y al triunfo en la Copa del Rey, sin dejar de lado la incursión del grupo dirigido por Vladimir Bogoevski en la Copa CEV, la segunda competición continental.

Gatin mide dos metros y procede del Olympiakos griego, lo que es todo un aval dado el potencial de una de las ligas más poderosas de Europa. Anteriormente, y además de haber defendido en numerosas oportunidades la camiseta de la selección ucraniana, Gatin militó en la A-1 italiana. El Falconara fue su destino durante el curso 2002-03.

Polivalencia
Uno de los argumentos que ha jugado a favor de la contratación del ucraniano es su capacidad para ocupar la posición de atacante, y a la vez poder realizar las veces de opuesto, una ubicación en la que ya ha jugado durante su etapa en las filas del Falconara, donde dio un salto de calidad notable en su trayectoria profesional.

Gatin llega al Son Amar con la obligación de ser uno de los estiletes del grupo de Bogoevski y dispuesto a plantear batalla por una plaza en el sexteto, que se presenta como uno de los más competitivos de la Superliga en vistas a una temporada plagada de dificultades, a las que se añade el paso por la Copa CEV.

De esta manera, el Son Amar Palma pone punto y final a su labor dentro del mercado de fichajes y afronta la recta final de las vacaciones antes de echar a rodar dentro de unas semanas, aunque con sensibles bajas en sus filas, motivadas en buena manera por la participación de algunos de sus efectivos más notables en los próximos Juegos Olímpicos de Atenas.

La ambición de Damià Seguí queda plasmada con la confección de una plantilla que posee todos los argumentos para devolver al Son Amar a lo más alto del voleibol nacional, y quién sabe si continental.