17/08/04 0:00
Fernando Fernández|ATENAS
La puesta de largo olímpica de Carlos Moyà tuvo dos caras. La
buena, el trabajado triunfo ante el sueco Thomas Enqvist en la
competición individual. La mala, la derrota en dobles haciendo
pareja con el recién aterrizado Rafael Nadal. El tándem mallorquín
acusó el cansancio acumulado y cayó en dos sets ante los brasileños
André Sa y Flavio Saretta. La jornada en la pista central arrancaba
con un choque eléctrico. Enqvist era una delas bestias negras de
Moyá lejos de la tierra batida y siempre marcó el tiempo del
partido. Con un viento que hizo más difícil el control de los
golpes, el escandinavo empezó marcando las diferencias, pero pronto
Moyá hizo valer la solidez de su servicioy equilibró la
balanza.
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