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Fernando Fernández|ATENAS
En cuestión de segundos, muchos meses de trabajo, de sacrificio y el esfuerzo de una vida dedicada a la gimnasia se desplomaron. Elena Gómez Servera (Manacor, 1985) no olvidará fácilmente los Juegos de Atenas. Un mal movimiento dejó sin recompensa a la mejor gimnasta española de todos los tiempos. Su temprana eliminación en suelo rompió los planes del equipo nacional, que se resarció con una trabajada quinta plaza en la prueba por selecciones.

Pero la medalla que le corresponde a Elena se la colgará otra. La gimnasta recupera la sonrisa poco a poco, pero sólo ella sabe lo difíciles que han sido las últimas horas. La competición y el entrenamiento se han convertido en una terapia efectiva. Ahora, en el concurso completo quiere demostrar que su ejercicio vale el oro e intentará aprovechar su última ocasión para despedirse a lo grande. Como una campeona.

-¿Le ha ayudado la brillante final por equipos a recuperarse del disgusto?
-En parte sí. Veníamos para estar entre las ocho mejores y nos vamos con un excelente quinto lugar. Estamos muy contentas, pues hemos luchado hasta el final ante las mejores gimnastas del mundo, y en una prueba que no permite ningún fallo. Por ello, tenemos algo que celebrar.

-¿Tienen la sensación de haber podido llegar más lejos?
-En algunos aparatos hemos realizado una buena labor, pero el cuarto puesto estaba lejos. Hay equipos muy fuertes y el nivel de la competición la hace menos asequible. Es un resultado para estar contentas, pero aún queda camino por recorrer.

-¿Cómo ha asimilado la eliminación en suelo?
-La verdad es que han sido unos días muy duros, pero no hay que mirar atrás, ahora tenemos por delante la final del concurso completo y allí estaré al cien por cien. Tengo claro que si tanto yo como mis entrenadores estamos contentos por el resultado, no debemos darle más vueltas. Nos queda mucha competición por delante y uno de mis grandes objetivos, además de hacerlo lo mejor posible, es sacar el máximo partido a cada movimiento, a cada ejercicio y a cada instante. Hay que seguir adelante, el mundo no se acaba aquí y tras los Juegos ya nos plantearemos nuevas metas en vistas al futuro.

-¿Pensaba que le podría haber afectado en exceso?
-No, porque no teníamos tiempo para seguir pensando. Mis compañeras me necesitaban y yo soy consciente de que lo importante es el equipo. Nos ha salido muy bien y tengo motivos para estar contenta. De acuerdo que no estaré en la final de suelo, pero lo que me queda aquí lo voy a disfrutar al máximo, pues los Juegos Olímpicos son algo único.

-Y qué buenas vibraciones han dado en un momento importante.
-Si exceptuamos a Sara Moro y a mí, el resto son todas muy jóvenes. Tienen muchas ganas de aprender, de crecer como gimnastas y lo han demostrado. Puede que en el futuro vaya a más, pero de momento el diploma es un premio a nuestra constancia. La mejor muestra es la presencia de Patricia Moreno en la final de suelo.

-¿Cree que podrá resarcirse em el concurso completo?
-Me quedan los cuatro aparatos y se presenta una buena oportunidad. Aunque las rivales no van a ser nada asequibles. Voy a seguir la misma línea que en la final por equipos. Es decir, voy a disfrutar de la competición, sin bajar la guardia, pues aquí cada fallo te cuesta muy caro. Mi única preocupación es hacer mis ejercicios bien y sentirme cómoda en la pista. Lo demás, ya vendrá.

-Tras su quinto puesto en el Mundial, ¿se confirmaría ahora con el diploma?
-Ahora mismo no me planteó cuáles pueden ser mis posibilidades. Tengo claro que voy a salir a hacer bien mis ejercicios, sin pensar en el resto. Insisto, si yo y mis entrenadores estamos satisfechos con el resultado, me sentiré feliz y con la sensación de haber cumplido con mi obligación. Con eso me basta. Está muy difícil igualar la quinta plaza de Anaheim, pero voy a luchar por ello. A ver si tenemos un buen día. Quiero salir sin presión y pasándolo bien con mis ejercicios en los cuatro aparatos.

-¿Cree que hay alguna gimnasta que destaque sobre el resto?
-No lo sé decir con exactitud, pues no las he podido ver en la final por equipos. Khorkina, Patterson... A estas alturas, cualquiera de las clasificadas puede lograr el oro, pero eso lo sabremos cuando estemos allí.

-¿Tuvo miedo en su segunda entrada en suelo?
-No, salí a demostrar que el ejercicio sigue valiendo y ayudó a que el equipo pudiera obtener una buena puntuación global. Un pequeño fallo, que es un paso, no sirve para juzgar todo un ejercicio. He demostrado que sigo siendo una buena gimnasta en suelo y me ha dado una buena dosis de confianza.

-Sus padres no se han perdido ninguna aparición suya. ¿Ha podido hablar con ellos?
-Claro, y ellos son los primeros que me animan. También sé que mis hermanos y mi gente me apoyan, y a todos quiero agradecer que estén conmigo en los momentos difíciles.