Elena Gómez va a tomarse quince días para meditar qué quiere hacer
en el futuro. La gimnasta manacorina, que ya se ha repuesto del
varapalo que supuso no acceder a la final de suelo en los Juegos,
debe decidir si intenta llegar a Pekin'08 o si da por finalizada su
carrera deportiva. Ayer llegó al aeropuerto de Palma, donde fue
recibida por sus familiares y por su seguidora más fiel, Margarita
Salom.
Las últimas llegadas de Elena Gómez a Mallorca después de una
competición importante habían sido multitudinarias. Oro en
Debrecen, bronce en Anaheim y plata en Amsterdam, la gimnasta
manacorina había malacostumbrado a los aficionados de la gimnasia
artística. Ayer apenas tuvo que firmar unos autógrafos. Su familia
y algunos amigos la recibieron en el aeropuerto, donde también la
esperaba su seguidora más fiel, Margarita Salom, que se acercó con
su hermano Luis para conocer y animar a su ídolo.
El rostro de Elena Gómez a su llegada a Son Sant Joan era muy
diferente del que tenía durante su concurso en las clasificatorias
del domingo 15 de agosto. Sonriente, la deportista mallorquina
llegaba a la Isla para descansar dos semanas después de cinco años
de entrenamientos inhumanos. En estas dos semanas tendrá muchas
cosas que reflexionar y deberá tomar una decisión muy importante.
Deberá decidir qué va a hacer en el futuro.
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