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El nuevo curso no ha supuesto grandes novedades en la travesía del Mallorca B. El segundo equipo rojillo ha vuelto a recibir el campeonato enfrascado en el sótano de la liga y deberá pelear a contracorriente para invertir una situación muy habitual a estas alturas de la competición. Aún así, los números de los baleares han empeorado durante las primeras funciones del presente ejercicio y requerirán un esfuerzo mayor a la hora de ser neutralizados.

Y es que el Mallorca B quiere alejarse definitivamente del que sería su peor inicio de campeonato en los últimas cinco temporadas. El conjunto que entrena Toni Cazorla cuenta con único punto en su mochila y necesita obtener algo positivo en su próximo desplazamiento para evitar caer en lo que serían sus registros más negativos del último lustro.

La empresa no será sencilla, ya que el compromiso más inmediato de los insulares pasa por gobernar en un escenario de muchos quilates. Los futbolistas bermellones visitarán el domingo el nuevo estadio de Gran Canaria para medirse al poderoso Las Palmas. Allí deberán hacer frente a sus limitaciones y dar un vuelco a su estado de ánimo para superar a un equipo diseñado para volver a Segunda en un plazo de un año.