El amanecer más plácido del Mallorca desembocó en un epílogo de
tormento, en un final teñido de negro y cargado de ira con la grada
poblada de pañuelos y un dañino «Floro, vete ya» resonando por
todos los rincones de Son Moix. El grupo balear eligió mal día para
sumar su primer punto en casa. Abrió la lata con un golazo de Luis
García, se dejó empatar a los cuatro minutos con un tanto de Forlán
y cerró el choque en plena tormenta, con la tribuna pidiendo a
gritos la destitución de Benito Floro y el presidente refugiándose
de la pañolada en el palco (1-1).
Los primeros minutos se vistieron de rojo y negro. La nueva
apuesta de Floro, que por fin situó a Delibasic como faro ofensivo,
escorando a la diestra la posición de Luis García, provocó el mejor
arranque del Mallorca en el campeonato.
Abrió el Mallorca el partido con más empaque. Se alió con la
pelota y fue creciendo poco a poco en un primer tramo que invitó al
optimismo. Pereyra pidió turno desde el comienzo, con las fuerzas
de su equipo intactas y la tribuna plagada de esperanzas.
La primera ocasión no tardó en llegar. Ballesteros se lió la
manta en la cabeza, alzó la voz en terreno enemigo y centró al
corazón del peligro. Jorge López remató con timidez y Reina
agradeció el detalle de su ex compañero. Sin tiempo para fijarse en
la repetición, Luis García buscó el segundo sin fortuna. De
repente, el Mallorca levantó el pie del acelerador, cedió en su
presión y el Villarreal se adueñó de la pelota. En el momento más
bajo del Mallorca apareció Luis García. El asturiano se rebeló
contra el orden establecido y rompió al Villarreal con una acción
descomunal, un magistral lanzamiento de falta que se frenó en la
escuadra izquierda de Reina (min. 17).
Dos minutos después, la grada se alteró de nuevo con una pared
entre Delibasic y Luis García que acabó en el banderín del
asistente. Había ganas de fútbol en el campo y en el cemento. Reina
sacó rápido, con la defensa indígena descolocada, y Riquelme lo
aprovechó. El argentino tuvo tiempo para conducir, mirar a Forlán a
su izquierda y enviarle un pase que el uruguayo liquidó con un
toque de seda con la zurda (min. 21). El Mallorca se fue evaporando
a la espera de que tras el descanso volviera la inspiración. Esos
minutos de dominio visitante arrojaron chatarra sobre algunos
jugadores del Mallorca. Farinós y Jorge López recibieron la
impaciencia de un público encrespado.
Tras el descanso, regresó el Mallorca combativo del tramo
inicial. Cortés provocó el primer susto con un pase de la muerte
que no atrapó por centímetros Delibasic. Antes, un centro chut de
Jorge López murió en el guante izquierdo de Reina. Fue un oasis en
medio del desierto de las ideas. El partido se desplomó y Floro
buscó el remedio en el banquillo. La lesión de Delibasic metió a
Perera en la arena y el grupo balear asomó la cabeza a la
superficie.
A los 72 minutos, Jorge López se encontró con una ocasión de
lujo, un balón caído del cielo que el riojano desaprovechó con un
chut cargado de timidez. El Villarreal apretó en los últimos
minutos. Forlán pidió penalti tras una entrada de Poli antes de que
Moyà evitara la derrota tras un disparo de Cazorla. Los pañuelos
monopolizaron todas las miradas en un final sonrojante que deja a
Floro sentenciado.
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