Héctor Cúper dialoga con los componentes de la plantilla mallorquinista, en un reciente entrenamiento.Foto: MONSERRAT

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Cúper agarró el Mallorca hace un par de semanas, pero hasta hoy no ha podido sentir el aprecio de la hinchada. Ese tributo que le rendirá Son Moix, plaza a la que vuelve para sentarse en el banquillo local un lustro después. El técnico argentino se estrenará en Palma en un partido marcado por las prisas y por la eliminación ante el Lanzarote, pero también por el nuevo desafío que inicia al frente de un equipo en llamas. «Nuestra Liga empieza ahora», ha advertido el de Chabás en un intento por rearmar a su vestuario y al entorno, que sufrió otro encontronazo en Copa. Ante el Atlético de Madrid (Son Moix, 17.00 horas, PPV) Cúper será agasajado, pero el Mallorca tiene la necesidad perentoria de empezar a sumar.

El empate de Sevilla quedó eclipsado por la hiriente derrota en Arrecife. Todo el crédito que el equipo isleño ganó en el Pizjuán lo dilapidó en Canarias y todo ha vuelto a generar muchos dudas. Al margen de que la eliminación de la Copa pueda o no beneficiar al Mallorca, lo cierto es que la imagen que ofreció el grupo balear en ciertas fases del partido fue casi esperpéntica. Eso ha confundido nuevamente a la grada, que no sabe qué Mallorca se va a encontrar esta tarde. Lo cierto es que hoy todos los focos van a apuntar a Cúper, el verdadero protagonista del encuentro. Ha asumido el reto de volver y de rearmar un proyecto en ruinas y eso el mallorquinismo lo agradece.

Otra cosa es que pueda lograrlo, porque los números del equipo siguen siendo pírricos. Con un ataque enclenque, un centro del campo poco creativo y una defensa con muchas grietas, el Mallorca no ha hecho otra cosa que amontonar derrotas. Y más en Son Moix, donde todavía no ha ganado. Cúper cree que es el momento ideal para empezar a sonreír y por eso ha tratado de mentalizar a la plantilla de que todo empieza de nuevo, pero con un buen puñado de jornadas ya consumidas. El Atlético debe marcar un punto de inflexión, debe servir como puente para que el Mallorca acceda a tranquilidad.