Con las cartas sobre la mesa, la táctica de los capitanes
españoles de Copa Davis hay que entenderla como la más valiente y
ambiciosa. El G-3 decidió ayer alinear a los mallorquines Carlos
Moyà y Rafael Nadal para los individuales de hoy, una apuesta con
la que lanzan un claro mensaje: España va decididamente a por los
dos primeros puntos. La final frente a Estados Unidos, un
acontecimiento que ha cobrado unas dimensiones irrepetibles para el
tenis balear, arranca hoy a las 12.00 horas con el enfrentamiento
entre el palmesano y Mardy Fish. A continuación, emanacorí se
medirá a Andy Roddick.
Mallorca había tenido un papel muy importante durante las tres
eliminatorias previas a la final. Rafael Nadal y Carlos Moyà habían
sido actores importantes en las series ante la República Checa,
Holanda y Francia, pero frente a Estados Unidos van a ser los
principales protagonistas. El palmesano va a ser el encargado de
levantar el telón de la final. A priori debuta frente al jugador
más asequible del equipo estadounidense, Mardy Fish. Si uno deja de
un lado los precedentes -han jugado tres veces con un saldo de dos
victorias para Fish y una para Moyà, aunque todas sobre pista
dura-, y se basa únicamente en el nivel de juego que están
atravesando durante esta semana y en la aclimatación a la tierra
batida, la balanza se desequilibra claramente del lado del
balear.
Carlos no escondió además, que contrariamente a lo que suele ser
habitual en él, prefería comenzar la serie para que Nadal estuviera
más tranquilo. Todo seguridad. Es un enfrentamiento de Copa Davis,
por tanto de pronóstico incierto, pero Carlos Moyà tiene buenas
vibraciones. Desde que aterrizó en Sevilla su juego está rozando la
perfección. Su primer servicio cuenta con un alto porcentaje de
aciertos y viaja muy deprisa. Ha recuperado por completo la derecha
que le convirtió en campeón de Roland Garros y en número uno del
mundo. Y su confianza le está permitiendo soltar con tranquilidad
el revés liftado a dos manos, lo que le permite proteger su talón
de Aquiles.
El juego de Mardy Fish es el que favorece a los especialistas de
tierra batida. Es un jugador muy agresivo que huye del peloteo.
Intenta terminar el punto lo más rápido posible y siempre busca el
punto ganador. Unos condicionantes que pueden llevarle al suicidio
en la arcilla de La Cartuja. Más teniendo en cuenta que ayer Andreu
Puigserver cambio la tierra batida e hizo la pista más lenta a
petición de los capitanes españoles.
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