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«Fue una noche de locura. Estaba con unos amigos aquí en Palma, una semana antes de viajar a Uruguay para jugar con la selección, cuando sucedió todo. Eso (la cocaína) estaba ahí delante y no supe decir que no. Jugué con fuego, cometí un error y lo he pagado con creces». Ocho meses después de aquella fiesta, de aquella «estupidez de una noche», Fernando Edgardo Ayala Correa (Montevideo, 1974) rompe su silencio. El delantero uruguayo del Real Mallorca se sincera para detallar los siete meses que acumula en la celda de castigo.

Petete agradece la mano que desde el primer día le tendió el presidente del Real Mallorca, Mateo Alemany, «de no ser por él no sé dónde estaría», los entrenadores «desde Luis Aragonés hasta Héctor Cúper, pasando por Benito Floro» y los compañeros porque «me han tratado como si no hubiera sucedido nada».

El delantero charrúa divisa la salida del laberinto. Correa podría reaparecer a partir del 13 de febrero de 2005 si la FIFA reduce tres meses la sanción de un año que le impuso el pasado 5 de mayo, tras dar positivo por metabolitos de cocaína en un Uruguay-Colombia disputado el 31 de marzo. «Mi abogado cree que en los próximos días se puede rebajar tres meses la sanción, aunque todavía no hemos recibido la notificación oficial».