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Amador Pons|SEVILLA
La final de la Copa Davis de Sevilla ha proporcionado un dato irrefutable: Carlos Moyà y Rafael Nadal tienen un peso muy importante en el equipo español. Los jugadores mallorquines han sostenido al grupo nacional durante los dos últimos años y han permitido que España lidere la clasificación mundial por equipos. Han ganado su primera Ensaladera, pero no quieren relajarse. En la lista de objetivo de 2005 también figura la Copa Davis.

Carlos Moyà lleva muchos años en el equipo español de Copa Davis. Su paso ha sido intermitente (la lesión en la espalda le impidió estar en el equipo del 2000) pero en los dos últimos años ha adquirido un protagonismo absoluto. El año anterior era el líder del grupo pese a que jugaba como número dos ya que Juan Carlos Ferrero tenía mejor ránking que él y este año lo sigue siendo. Es cierto que su obsesión con la Ensaladera le ha obligado a exigirse mucho, pero ha contado con la ayuda de Rafael Nadal. El tenista manacorí ha ido sorprendiendo eliminatoria tras aliminatoria hasta que el pasado viernes se consagró como una de las mejores raquetas del planeta.

Su tío y entrenador, Toni Nadal, dice que considerarle el héroe de Brno es un calificativo demasiado generoso ya que perdió dos partidos (en su debut ante Jiri Novak y en el dobles) y sólo ganó uno (frente a Stepanek). Pero su triunfo fue en el punto decisivo, superando además con 17 años una presión brutal. En Alicante volvió a aceptar uno de esos retos que está al alcance sólo de los elegidos. Sustituyó a Moyà en el cuarto punto y volvió a lograr la clasificación del equipo español, esta vez para la final.