TW
0

A las 19.05 horas, con apenas diez grados en el exterior y en la soledad más absoluta, veinticinco futbolistas y un puñado de técnicos descendieron del autobús para cruzar la puerta del hotel Gran Melià Victoria y dar comienzo a una concentración de tres días y tres noches, una mini pretemporada diseñada por Héctor Raúl Cúper que el vestuario ha acogido con resignación. De la cama al campo, con una escapada al hogar familiar para comer, será el trayecto habitual de la plantilla del Real Mallorca en esta primera semana del año, unos días cargados de trabajo y charlas que el entrenador argentino ha elaborado para alterar la dinámica perdedora. La jornada comenzó a primera hora en la Ciudad Deportiva. Juan Manuel Alfano recuperó su montículo y los jugadores trabajaron la resistencia. Más tarde, el turno fue del balón. Héctor Cúper dividió el campo en varias parcelas y los futbolistas disputaron un partidillo de entrenamiento en el que Yoshito Okubo acaparó más protagonismo que nunca. El delantero japonés, que todavía acusa cierta timidez por la barrera idiomática, mostró algunos detalles de cara a portería y una velocidad notable. Más de quince periodistas nipones, como es habitual, captaron cada acción de su compatriota.

Una de las curiosidades en el reparto de las habitaciones estaba en conocer el primer compañero del japonés Yoshito Okubo, que vivió su primera concentración como mallorquinista. Pues bien, el elegido fue el mallorquín Xisco Campos. El resto del reparto es el siguiente: Poli-Cortés, Westerveld-Farinós, Pereyra-Arango, Carmona-Ramis, Delibasic-Müller, Ballesteros-Jorge López, Nadal-Marcos, Alberto-Correa, Campano-Niño, Luis García-Marcos Vales y Tuni-Moyà. Jesús Perera, que atraviesa por un proceso gripal, es el único futbolista que duerme solo. Los técnicos, Damià Amer, Toni Servera, Héctor Cúper, en una suite, Juan Manuel Alfano y Juan Antonio Martorell disponen de una habitación individual.

Apenas participaron en la sesión esolleric Tuni, el extremeño Jesús Perera y el portero mallorquín Miquel Angel Moyà, que unió ayer a sus problemas en el dedo meñique un proceso gripal que le mantendrá entre algodones en los próximos días. Después, la plantilla se retiró a sus domicilios para reencontrarse a primera hora de la tarde. Cúper dirigió una nueva sesión, de menor ritmo para los futbolistas que arrastran un proceso gripal. Dos horas más tarde, a las seis y media, el autocar recogió a los jugadores en la Ciudad Deportiva para trasladarse hasta el hotel de concentración. El plan de estos tres días consistirá en el desayuno, el entrenamiento matinal (10.00 horas), el almuerzo en sus domicilios, la sesión vespertina (16.00 horas), la cena y el descanso en el hotel Gran Melià Victoria. Esta mini pretemporada concluirá el próximo jueves, Día de Reyes.