La fortaleza física y la experiencia rescataron a Carlos Moyà en su
duelo frente a su compatriota Guillermo García López, y el balear
podrá defender la corona del torneo de Madras contra al tailandés
Paradorm Srichaphan, que disputará su cuarta final consecutiva en
el abierto indio y que buscará tomarse cumplida venganza de la
final del pasado año. El jugador mallorquín, primer favorito y
quinto jugador del mundo, agotó sus recursos para doblegar al
tenista albaceteño, instalado más allá del puesto 100 del ránking y
que tuvo contra las cuerdas al campeón.
El entusiasmo y la repercusión de una hazaña ante uno de los
grandes tenistas del circuito no fueron los únicos argumentos sobre
la pista que esgrimió García López, una raqueta carente de título
alguno y que rozó su primera final como profesional. Moyà se
sostuvo en su servicio durante la manga inicial. Y, de entrada,
rompió el del jugador de La Roda en la primera ocasión de que
dispuso. Eso condicionó el transitar del parcial, que terminó
favorable al favorito por 6-4.
La situación cambió desde ese momento. García López, de
veintidós años, no decayó. Se afianzó con el saque y logró dos
roturas -segundo y octavo juegoque equilibraron el duelo. Moyà se
obligó a prolongar su esfuerzo. El tercer parcial quedó abocado al
tie break. Y ahí Moyà tiró de experiencia. El jugador albaceteño
asumió su inferioridad y, posteriormente, la derrota. «Guillermo
fue un duro y digno oponente. Ha hecho un gran partido», apuntó
Moyà de García López, que sólo antes había jugado una semifinal, en
Umag (Croacia) el pasado año.
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