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La cada vez más utópica salvación del Mallorca B pasa en buena medida por la victoria que hoy es la única premisa para el grupo de Toni Cazorla. Hundidos en la última plaza de la clasificación, los rojillos reciben en el Lluís Sitjar (12 horas) a sus predecesores en una delicada tesitura. El Arteixo es el segundo peor conjunto del grupo y cuenta con una victoria menos (2) que los baleares, pese a que su balance de derrotas es menor (8 por doce del filial). Todo ello convierte la cita de este mediodía en vital para el devenir de ambos contendientes. La dinámica mostrada por el Mallorca B invita a ser optimistas, pero el Arteixo también es consciente de que en noventa minutos debe agotar muchas de sus posibilidades de sentar las bases de la que sería su segunda temporada en la categoría de bronce.

El hecho de que los coruñeses sólo hayan marcado un gol lejos de su feudo a lo largo de la presente campaña es un aval y deja claro que el potencial ofensivo del Artiexo desciende infinitamente cuando realiza las funciones de visitante. En sus dos últimos desplazamientos ha logrado arañar un punto (0-0 en Alcalá), pero también ha encajado fuertes goleadas que le han condenado al pozo de la tabla sin ningún tipo de opciones de poder remontar el vuelo.

Para afrontar esta cita trascendental, Cazorla podrá disponer de algunos de los efectivos que se ejercitan con el primer equipo. Carmona, Campos y Víctor estarán a disposición del técnico, de la misma manera que los Bussi o Enric Pi. De la misma forma, la vanguardia del Mallorca B se ve perjudicada por las ausencias del máximo goleador, el sancionado Zazo, y de Luciano, que por razones técnicas se ha quedado fuera de la lista. El encuentro será arbitrado por el colegiado Pintos Francés, en cuyas manos a buen seguro puede estar el devenir más inmediato de dos los conjuntos con menos cartel dentro del grupo primera de Segunda B, en el que un empate parece aventurar poco futuro para ambos.