El futuro del Mallorca B está más en el aire que nunca. Su delicada
situación deportiva está poniendo en peligro su continuidad en la
categoría de bronce del fútbol español y eso ha hecho que empiecen
a brotar los interrogantes. En parte, porque un posible descenso
del filial a Tercera división acarrearía más movimientos de los
previstos en la composición del fútbol insular. Ante esta
situación, los clubes implicados en la lucha por la permanencia del
grupo balear no podrán perder de vista el rumbo de los rojillos en
esta segunda vuelta, ya que pueden verse afectados
directamente.
El panorama del segundo equipo mallorquinista se sigue
oscureciendo a medida que avanzan las jornadas y va a obligar a que
los equipos que habitualmente transitan por la zona baja de la
Tercera balear estén muy pendientes de lo que suceda un escalón por
encima de ellos. No en vano, si el Mallorca B perdiera la categoría
a final de curso, el número de descensos a Preferente aumentaría de
tres a cuatro, porque es necesario reconfigurar el aspecto de la
categoría para cuadrar el número de clubes participantes.
El filial sigue estancado a pesar de sus intentos por escapar
del pozo y su rumbo descendente ha encendido las luces de alarma en
varios puntos del mapa futbolístico balear. Es el caso de algunos
de los clubes destinados a pelear por la permanencia de aquí a
final de campaña, que podrían verse obligados a duplicar sus
esfuerzos para no ser arrollados por el efecto dominó que
provocaría la caída de los bermellones. Eso también disparará el
nivel de competitividad en la zona baja porque cualquier confianza
puede resultar nociva si finalmente se confirmase la hecatombe de
los de Cazorla. A estas alturas y pese a que todavía quedan muchas
semanas por delante, nadie en Tercera se atreve a despitarse. Por
si acaso.
Actualmente se está librando una intensa batalla en el furgón de
cola del grupo XI. En el fondo de la categoría y descolgados del
resto de equipos se encuentran Portmany y Collerense, aunque por
encima de ellos hay un paquete formado por Alaior, Atlètic Balears,
Campos y Playas de Calvià y que se mueve en un margen de un punto.
Teóricamente, estos cuatros equipos deberían disputarse la plaza
restante, pero tal y como se presenta el futuro en Segunda B todo
podría complicarse. La zona prohibida alcanzaría el puesto 17 de la
tabla y eso hará que se tenga que multiplicar el trabajo para
evitar sorpresas de última hora.
Morbo añadido
Este conjunto de coincidencias puede arrojar todavía una carga de
morbo extra en el caso de que se dieran una serie de coincidencias,
muy lejanas todavía, pero posibles. Por ejemplo, si el campeonato
de Liga concluyera en estos momentos, la crisis del filial
mallorquinista provocaría el descenso de otro histórico en apuros,
el Atlètic Balears. Los blanquiazules son ahora mismo el cuarto
equipo por la cola y serían arrastrados a Preferente de forma
inevitable. Afortunadamente para ambos clubes, al calendario
futbolístico le quedan todavía muchas fechas por consumir y el
margen de maniobra es relativamente grande para todos.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.