Tres goles válidos anulados; un puñado de penaltis no señalados; un
gol del rival que no debió subir al marcador; la expulsión de Luis
Aragonés en el descanso de un partido y cuatro derrotas
consecutivas en Son Moix bajo su manto. Un bagaje demasiado elevado
como para que se olvide. Javier Turienzo Alvarez, un funcionario
vizcaíno de 38 años adscrito al colegio castellano-leonés, vuelve a
entrometerse en el camino del Real Mallorca. El árbitro designado
para dirigir el encuentro del próximo domingo en el estadio de Son
Moix ante el Albacete no es precisamente el mejor para transmitir
calma y aliviar tensiones.
La designación de Turienzo cayó ayer como una bomba en el
entorno mallorquinista. Y es que, al margen de su actuación en
Balaídos aquel 19 de diciembre de 2000, cuando el equipo isleño
empató 2-2 en Vigo a pesar de los tres goles anulados y de un
penalti no señalado -el arbitraje creó un escándalo sin precedentes
en el fútbol nacional-, el funcionario residente en León no suele
traerle suerte al Mallorca cuando juega como local.
De los cinco encuentros dirigidos por Turienzo en el estadio de
Son Moix, el equipo bermellón ha doblado la rodilla en los cuatro
últimos y sólo ha ganado uno, precisamente el primero que arbitró,
allá por la temporada 1999-00. En aquella ocasión, el colegiado
favoreció al conjunto balear al señalar un penalti en el último
minuto, por derribo de Ferreira a Carreras, que transformó Diego
Tristán para el 2-1 definitivo. El resto de los partidos se han
saldado con derrota. 0-1 ante el Málaga (00-01), 0-1 ante el
Zaragoza (01-02), 0-4 frente al Sevilla (01-02) y 0-1 contra el
Real Madrid en la primera jornada del presente curso.
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