Sigue sin conceder una sonrisa, sin redactar un discurso que se
acerque a la euforia, pero Cúper ya parece otro, ya habla en otros
términos. El técnico de Chabas no tuvo reparos en darle una palmada
a sus jugadores tras el encuentro, en reconocer que el segundo
tiempo había sido notable y que la progresión del Mallorca es
evidente: «Contra los rivales directos no sumamos tres puntos, sino
seis», insitió ayer tras el triunfo ante el Albacete.
Sabe Héctor Cúper que el equipo se encuentra en una situación
límite, que apenas tiene margen para el error, y tal vez por eso
abraza cada gesto positivo. Como los que tuvo el Mallorca tras el
descanso, luego de ir perdiendo y de ofrecer un primer tiempo para
el sonrojo. La actitud de la plantilla y los goles de Luis García y
Buades en propia puerta, levantaron la moral del mallorquinista,
incluso la de Cúper: «Hemos sacado adelante un partido muy difícil.
En el primer tiempo estábamos muy nerviosos, algo ansiosos y
tuvimos problemas en dos o tres cuestiones tácticas. En el segundo
tuvimos 20 0 25 minutos muy buenos y creo que merecimos ganar»,
dijo el argentino. Cúper explicó que la primera mitad le deja «un
sabor amargo» porque «no se jugó bien y hubo mucho desorden», pero
que tras el descanso todo cambió: «Tuvimos problemas en el marcaje
de Pacheco, pero lugo todo fue distinto. Pudimos incluso hacer
algún gol más, porque fallamos goles increíbles que nos hubieran
dado mucha más tranquilidad».
Cúper habló sobre la situación en la que se encuentra el equipo
después de haber logrado siete puntos en las últimas semanas, pero
prefiere ser prudente: «Lo que tratamos de hacer es sumar los
máximos puntos para lograr la salvación y luego mirar de reojo lo
que hacen los demás para salir cuanto antes de ahí abajo. Lo
importante es ir contando los puntos con los rivales directos,
porque de lo contrario aumenta el nerviosismo. Está claro que
tenemos que sacar entre 41 y 42 puntos y esa suma tratar de
inculcársela a los jugadores».
La afición
Interrogado sobre la gran respuesta de la hinchada y su cuota de
participación en la victoria, Héctor Cúper explicó que «la conexión
debe ser mutua entre los jugadores y la gente. Si tenemos un buen
desempeño la gente responde, porque la afición necesita poco para
levantar su ánimo. Es una responsabilidad del equipo, que debe
demostrar que lo entrega todo sobre el campo. Lo único que pedimos
es que apoyen en los momentos difíciles, que sigan alentando».
Cúper subrayó que el Mallorca sufre «de forma constante, pero eso
siempre es así cuando se está en una situación como la actual. Lo
importante ahora es que se gane».
El técnico del Mallorca incidió en la importancia de convertir
Son Moix en un estadio inexpugnable: «En casa se nos tienen que
escapar muy pocos puntos y contra los rivales directos ninguno. Hay
que hacer de Son Moix un cementerio de elefantes porque eso nos
ayudará. Si nos va mal a nostros, nos va mal a todos». Sobre Okubo,
que ofreció un pobre rendimiento y fue sustituido, Cúper dijo que
«tras un primer momento de euforia, los rivales le han estudiado.
Además, no podemos lograr la comunicación necesaria con él dentro
del campo. No podemos coger a Okubo y que entienda 200 palabras de
fútbol. Pero tiene condiciones y velocidad».
Por su parte, José González, técnico del Albacete, afirmó que el
penalti que originó el 2-1 fue determinante. El preparador andaluz
explicó que «el árbitro no estuvo afortunado. El marcador se ha
roto de una forma dañina, con un penalti». El entrenador del
conjuntom manchego explicó que al Albacete «le faltó madurez para
enfriar el partido en el segundo tiempo. En la segunda mitad ellos
apretaron mucho más porque estaban heridos de muerte. Nosotros lo
sabíamos y era lógico que sacaran su orgullo. Yo creía en el
triunfo, pero está claro que no podemos estar bien durante los
noventa minutos», comentó el técnico tras el encuentro.
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