El Mallorca vuelve esta tarde a su liga con la intención de
recuperar el buen camino, el de la permanencia. Después de reforzar
su crédito ante rivales de un perfil similar y de evidenciar claros
síntomas de mejoría a su paso por el Camp Nou, al conjunto de
Héctor Cúper le espera ahora otra cita cargada de trascendencia.
Los rojillos se adentran en una serie decisiva para la blindar la
salvación y lo hacen ante uno de esos adversarios con los que
seguramente convivirán durante las próximas semanas en la zona más
embarrada de la tabla. En esta ocasión el que estará delante es un
Levante acorralado por las urgencias y por una tendencia decadente
que le ha dejado desnudo ante la frontera del peligro. Se trata de
otro encuentro «de seis puntos» de los que tan buen resultado le
han dado al Mallorca en los últimos tiempos, aunque los bermellones
son conscientes de que un resbalón podría acarrear unas
consecuencias terribles (Son Moix, 18.00 horas, PPV).
El paréntesis de la semana pasada ante el Barcelona sirvió para
que el cuadro rojillo se sacudiera le presión de los
enfrentamientos directos, pero a su vez, le perpetuó en una
situación muy incómoda. El once balear mejoró su aspecto, ilusionó
por momentos a la hinchada y llegó a disponer incluso de opciones
para variar el guión del encuentro, pero salió de la Ciudad Condal
con los bolsillos vacíos y la jornada comprimió las distancias en
el fondo de la clasificación. Ante este panorama, los isleños
volverán a trabajar hoy con la presión de extraer una renta
positiva, ya que el valor de los puntos se ha multiplicado y no
puede concederse el lujo de seguir dilapidando su tiempo. Ante la
magnitud del partido, el Mallorca ha recurrido a su principal
aliado, la grada, para darle otra vuelta de tuerca al campeonato.
El club ha aplicado los precios populares a la hora de vender sus
localidades y se espera que Son Moix vuelve a registrar una entrada
parecida a la de hace un par de semanas ante el Albacete, para que
el público vuelva a erigirse en el principal aliado del equipo.
Sobre el campo todo será diferente y cualquier pronóstico previo
conlleva un riesgo elevado. El Mallorca ha cambiado, pero sigue
ofreciendo síntomas de debilidad ante dificultades concretas. El
Levante en cambio, pasea un carácter imprevisible y se encuentra en
una línea descendente, pero sus números no engañan y delatan que no
es un enemigo sencillo de superar. De hecho, en las últimas cinco
jornadas sólo ha perdido un partido -0-3 ante el Sevilla- y ha
resistido al empuje de Racing, Atlético de Madrid y Zaragoza, que
en ningún caso le superaron en el cara a cara. En las filas
mallorquinas la principal novedad será la ausencia de Yoshit Okubo.
El delantero japonés había pasado la mayor parte de la semana en su
país y no ha trabajado al mismo ritmo que sus compañeros, por lo
que Cúper ha decidido enviarlo a la grada. El gran beneficiado por
todo ello será Bernardo Romeo, que regresa a una convocatoria
después de varias semanas en el dique seco y que tiene muchas
posibilidades de saltar de inicio al terreno de juego. El argentino
no ha podido acreditar todavía las cualidades que avalaron su
fichaje y hoy tendrá una buena ocasión para mostrarse ante la
afición y darle volumen a sus estadísticas personales. En el caso
de que Cúper se decida a reservarlo, la oportunidad recaería sobre
Fernando Correa, que ha reingresado en la plantilla con la
motivación por las nubes y la intención de ponerse al día en su
anotación personal.
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