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Más de lo normal tardó Héctor Cúper en recorrer el camino que enlaza el vestuario del Real Mallorca con la sala de prensa del estadio de Son Moix. La reflexión era obligada, pues la derrota frente al Levante ha supuesto un serio revés en las aspiraciones del equipo balear y un golpe bajo. El propio Cúper era el primero en admitir que el resultado no era el más correcto dadas las circunstancias. «Lo primero que puedo decir es que hemos recibido un golpe muy duro, pero saldremos adelante. Era un partido complicado, y hemos hecho lo más difícil, que era marcar un gol. Cuando parecía que todo se podía arreglar llegó el tanto del empate; es una pena, pues fue un error colectivo. Ahí empezó un nuevo partido, otro partido. En ese momento, hemos recibido un golpe anímico demasiado duro, y el equipo perdió el orden que tenía hasta el minuto veinte de la segunda parte», admitió el técnico, quien recordó que ahora «sólo cabe mirar al frente, todo es posible. Hoy -por ayer- pensábamos que podríamos ganar, pero no se estuvo muy finos», añadió un Héctor Cúper desconocido.

El hecho de haberse avanzado en el marcador era el mejor síntoma para el Mallorca. El inquilino del banquillo de Son Moix lo pensaba así. «Pensábamos que podríamos jugar más tranquilos, pero no fue así, suceden cosas que son difíciles de asimilar porque no estábamos tan mal. Con el empate se rompió el equipo. Después tuvimos ocasiones, pero no se pudieron materializar», explicó en rueda de prensa el entrenador rojillo. Con el uno a cero, todo sonreía al Mallorca, «pero tuvimos veinte minutos fatales, sin jugar bien, en los que caímos anímicamente y lo pagamos muy caro. Buscamos desesperadamente empatar, pero no pasó», dijo, al mismo tiempo que recalcó que el equipo «tiene, mejor dicho, tenemos un partido menos. Además, en este caso se escapa un rival y si antes era difícil, ahora lo es más, porque tenemos que atacar, además de lo deportivo, el campo moral, del equipo, que está tocado y tenemos que recuperarlo cuanto antes».

Ante el reto que se le plantea a Cúper, el preparador tiene claro que está preparado, «pues soy entrenador de fútbol y tengo que estarlo, y para todo. La situación era difícil y ahora lo es más, pero no me resigno, tengo que ser el más fuerte de todos y levantar el ánimo de los jugadores. Insisto, hay un partido menos y ya no podemos seguir lamentándonos», exclamó en la sala de prensa un Héctor Cúper que solicitó el apoyo «de la afición, ellos también son parte implicada». Cuestionado sobre su estado moral, el técnico no dudó en afirmar que se siente «fuerte, pero amargado por la derrota, aún hay tiempo pero se necesita sacar el carácter de dentro de los jugadores. Está claro, y todos sabemos que quedan muchos partidos por delante, es evidente, pero el margen se estrecha», concluyó un Cúper que tiene por delante un duro trabajo.