El plantel del Son Amar festeja su triunfo sobre el Numancia en la gran final. Foto: PACO RODRÍGUEZ

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SON AMAR PALMA 3
NUMANCIA 1

El Son Amar Palma vuelve a ser un equipo grande. Dos décadas después, el grupo que apadrina Damià Seguí y que dirigen Vladimir Bogoevski y Marcelo Méndez se proclamó campeón de la Copa del Rey de voleibol tras doblegar ayer en el pabellón Ciudad Jardín de Málaga al Numancia de Soria. El título cumple con el primero de los objetivos marcados para este curso pero va a proporcionar mayor tranquilidad para afrontar las otras dos grandes citas, la Final Four de la Copa CEV y la fase final de la Superliga Masculina.

Ganar al Unicaja de Almería en las semifinales había supuesto una liberación, aunque la plantilla del Son Amar sabía que la final no sería un encuentro sencillo. De hecho siempre que se miden con el Numancia acostumbran a vivirse partidos muy intensos. Y el de ayer no se salió de este guión. Un buen bloqueo del colocador soriano Flores daba la primera ventaja al Numancia en el marcador (2-4) y mostraba la actitud que iban a tener los jugadores del equipo castellano durante todo el partido. El árbitro Fernández Nevado tuvo que llamarle la atención por su celebración al considerar que falta al respeto al Son Amar.

La plantilla balear no tardó en reaccionar y una finta de Miguel Àngel Falasca permitió llegar al primer tiempo técnico del encuentro con ventaja en el marcador (8-7). El encuentro se movía en el equilibrio (13-13) hasta que Sevillano le dio un zarpazo. Dos bloqueos del receptor numantino, el primero tras un remate de Gatin y el segundo tras un intento de finta de Falasca, permitían cobrar una notable ventaja (14-18). Bogoevski pidió un tiempo muerto para tratar de recuperar a sus jugadores y la reacción pareció llegar enseguida. Un punto de Antiga y un remate fuera de Sevillano colocaban al Son Amar a dos puntos (16-18). La remontada se vió cortada de inmediato ya que el técnico del Numancia no dudó en pedir otro tiempo muerto.

Se llegaba al desenlace del primer parcial (18-21) y el Son Amar despertaba en el bloqueo. Con empate a 23 puntos, Oleskj Gatin mandaba su saque fuera (23-24) y Vladimir Bogoevski decide dar entrada a Juan Carlos Vega para que reciba el saque del punto de set del Numancia. La jugada sale bien y Miguel Àngel Falasca y Sebastien Ruette se encargaron de poner la puntilla a los sorianos con dos buenos bloqueos (27-25). En el cambio de lado tras finalizar el primer set va a producirse un suceso que marcara las celebraciones. Algo se dicen los cuerpos técnicos cuando se cruzan y Vladimir Bogoevski le toca con la mano en la cara al segundo de Maldonado. El Numancia se crispa, pero las cosas se tranquilizan rápidamente.

Ya en el juego, los jugadores del Son Amar, que apenas se percatan del suceso, se muestran intratables en el bloqueo. Todos los remates del Numancia tocan sus manos y los baleares comienzan a cobrar ventaja. Llegan al tiempo técnico con un claro 8-4 y consiguen aumentar su ventaja hasta el 10-4. Moltó estaba muy acertado cerca de la red, Gatin hacía mucho dañó con el saque y Antiga y Ruette finalizaban bien las jugadas con el remate. El Numancia estaba entregado. No encontraba la fórmula de reconducir la situación y cada vez que alzaba la vista hacia el electrónico veía la cuesta más empinada (12-6).

El opuesto canadiense Sebastien Ruette protagonizaba sus mejores minutos del partido. Se multiplicaba en el remate y en el bloqueo (18-11). Los jugadores del Numancia ya habían entregado la segunda manga (21-14) pero empezaron a sembrar con vistas al tercer set. Con 24-16, el Numancia intenta el último ataque, pero Juan Carlos Vega lo caza en el bloqueo. El receptor canario se pone a bailar en la celebración (25-16). El Son Amar mandaba dos sets a cero y comenzaba a saborear la Copa.

Incomprensiblemente en el banquillo del Son Amar se vive el cambio del segundo al tercer set con mucho nerviosismo y los jugadores salen a la pista nuevamente atenazados. El Numancia ve la oportunidad que había estado buscando todo el partido y aprieta al máximo el acelerador (0-4). Bogoevski tiene que pedir el primer tiempo muerto enseguida para tratar de reconducir la situación. Pero no lo consigue. El Numancia estaba crecido (3-10) y Bogoevski vuelve a detener el partido (4-11).

El Son Amar vuelve a recurrir a una de sus mejores armas, el bloqueo, para intentar salvar el set (13-16), pero el Numancia no tarda en volver a coger las riendas del partido (13-19). Sebastien Ruette no encuentra la fórmula de superar la barrera soriana en la red y la tercera manga se escapa irremediablemente (15-25). En esta ocasión el sexteto balear sale a la pista muy concentrado y no se deja pisar por un Numancia que continúa rindiendo a su mejor nivel. Stephane Antiga saca toda su rabia y comienza a convertirse en el jugador resolutivo del Son Amar (5-4), pero Creus, el central del Numancia, reacciona pronto y trata de picarlo con su celebración (5-5). Al primer tiempo técnico se llega con una mínima ventaja (8-6) gracias a un buen remate de Gatin.

Sebastian Ruette, elegido el mejor jugador del torneo, se convierte en protagonista en estos momentos. El francés no logra superar el bloqueo del Numancia y permite que los sorianos vuelvan a equilibrar el partido (10-10), pero reacciona muy pronto. Una jugada de inteligencia y un toque de dedos cuando parecía que el punto estaba perdido permiten a los baleares volver a mandar en el marcador (12-10). En esa igualdad se mueve el encuentro (21-21) hasta que Bogoevski pide un tiempo muerto. Pero va a ser un buen servicio de Sebastien Ruette el que impida al Numancia construir bien en ataque y dar una oportunidad al Son Amar. Stephane Antiga, que va a rematar todos los balones de este tramo final del partido aprovecha el pase de Falasca para colocar a los baleares con una ventaja decisiva (23-21).

Se llega al 23-22 y Gatin vuelve a estar en la zona defensiva. Bogoevski prefiere sentarle nuevamente en el banquillo para que reciba Vega. Los dos equipos consiguen atar sus puntos hasta que con 24-23 y servicio para el Numancia llega la oportunidad que han esperado estos dos años. El último punto de la final revive la igualdad del encuentro ante el Unicaja y la propia igualdad del partido ante el Numancia. Es un punto larguísimo. Tanto Falasca como Flores buscan las opciones más previsibles: dar el balón a sus mejores rematadores y los bloqueos tocan siempre la pelota. Finalmente el balón llega a Antiga por zona cuatro. El francés apuesta por un remate potente y la defensa no consigue controlarlo (25-23). El Son Amar había ganado el primer título de la segunda etapa.

Los primeros instantes se viven con intensidad. Los jugadores se abrazan en el centro de la pista y los «Tambors de Son Amar» se enfundan las camisetas de campeones de la Copa del Rey. Maldonado y Bogoevski casi llegan a las manos, justo antes de que Sebastien Ruette recogiera el trofeo como mejor jugador y Miguel Àngel Falasca levantara la Copa del Rey. Es la tensión de una final. De una final que devuelve al Son Amar a la nobleza.