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«Hay menos partidos, pero todavía hay; queda menos tiempo, pero hay tiempo. Queda menos de todo, pero todavía no hemos alcanzado el límite de decir que no se pueda hacer nada. Hay que lamentarse lo justito y mirar al frente». Héctor Cúper no se rinde. El entrenador del Mallorca todavía se lame las heridas que produjo el zarpazo del Levante, pero ya ha cambiado el rumbo. El partido de mañana en El Madrigal, a partir de las 20.00 horas, centraliza todas las miradas. Lejos de arrojar su toalla, Cúper mostró su discurso más ambicioso cuando se le preguntó que un triunfo podría suavizar la derrota del pasado sábado en Son Moix: «Estamos trabajando y conversando que el partido de Villarreal se puede ganar. Y vamos a ir con esa intención, no solamente pensando en que podemos sacar algo. No, algo no, debemos pensar en los tres puntos», subrayó ayer el técnico en la rueda de prensa realizada en la Ciudad Deportiva Antonio Asensio.

A Cúper también se le interrogó por su futuro, por si se sentía respaldado por el Consejo de Administración («no voy a contestar a esa pregunta porque daría un titular y no hay nada que pueda conducir a eso») y por su cuota de ilusión. Al respecto, el de Chabas se mostró con ganas de sacar las cosas hacia adelante: «La ilusión se alimenta a través de las dificultades o de un gran objetivo, cuando puedes ganar un título o cuando puedes perder la categoría. La ilusión es siempre la misma: sacar las cosas adelante; y mientras uno pueda recuperar una dinámica y empezar a sumar puntos, la ilusión está sin discusión», apuntó. Más allá de que los resultados de la jornada «podían haber sido peor», Cúper se centra de nuevo en alcanzar los 41 o 42 puntos. «La diferencia está en ganar esos puntos necesarios para la permanencia ante rivales directos. Lo que hay que hacer es corregir errores y, sobre todo, que la derrota ante el Levante no tire abajo lo buenos que habíamos hecho en los últimos partidos», afirmó.

Al respecto de las causas de ese tropiezo, el técnico argentino señaló a la falta de picardía: «Hay que ser más pícaros. Pasamos del 2-0 al empate y eso no puede ser. No podemos ser tan abiertos, sino pensar y tener más picardía». Una victoria ante el Villarreal y que Racing y Albacete fallen en casa ante Sevilla y Osasuna, respectivamente, podría revertir de nuevo la situación. «Yo pienso fundamentalmente cuales son los argumentos que tenemos y cuál es la situación para ganar un partido. Después, el fútbol es maravilloso por eso, porque no todo se puede prever y existe la posibilidad de ganar». Cúper reconoció que el equipo moralmente no está bien: «Lo fácil sería decir que el equipo se ha levantado, se recuperó, está fenomenal... eso podría sonar muy lindo, pero sería muy hueco porque un equipo que viene de perder de local, sobre todo cuando apenas han pasado 48 horas, no está bien. Me preocuparía si estuviese muy bien porque eso querría decir que no dolió. Si hay dolor, empieza la recuperación de un equipo, de un jugador o del que haya sentido esta derrota. Cuando tenemos un problema lo que hay que hacer es asumirla y automáticamente se empieza a trabajar en la recuperación. La moral se recupera siempre y cuando tengamos el carácter suficiente. Y hay carácter para levantar el momento».