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Nuria Vega volaba ayer hacia la capital de Estonia, Tallin, con su abultado equipaje y mucha ilusión. La que atesora una joven deportista que ha hecho del tiro olímpico una forma de vida y ha fijado su punto de mira en los Juegos Olímpicos de Pekín, después de acariciar la posibilidad de debutar en Atenas. El primer test de entidad llega esta misma semana. El Campeonato de Europa, que entre hoy y el domingo se celebrará en la ciudad báltica, calibrará su potencial antes de dar el salto definitivo a la élite. El nuevo seleccionador nacional siguió de cerca sus evoluciones este fin de semana, pero pocos dudan a estas alturas del potencial de Nuria Vega, que con 18 años se permite el lujo de codearse con los séniors, aunque en Tallin lo hará en categoría júnior, para acabar de perfilar sus posibilidades cara al asalto definitivo al título absoluto.

Será su cuarta experiencia continental, aunque esta temporada se ha propuesto regresar a la Copa del Mundo de carabina neumática sobre diez metros en la prueba de Múnich. Nuria ha logrado superar una serie de problemas de última hora. Se le rompió la carabina, padeció una gripe y una tendinitis, pero hace unos días se metía en la fase final de la Copa del Rey y la Reina. La deportista adscrita al Club de Tir Olímpic Mallorca, sede del futuro Centro de Tecnificación que pondrá en marcha el Govern, quiere obtener una Beca ADO para el ciclo 2005-2008, aunque ya cuenta con apoyo económico de la Federación Española. Cuenta con varios títulos nacionales y en su categoría es una firme esperanza para el deporte español. «Ir a unos Juegos Olímpicos sería lo máximo, es lo que siempre he querido». Esta frase resumen el pensamiento de la pupila de José Fernández, que en 2007 tendrá su gran ocasión para sellar su pasaporte olímpico con motivo de la disputa del Mundial.

De momento, su meta pasa por estar entre las diez mejores, o mejor todavía, entre las ocho finalistas. Mari Carmen Abraham, José Miguel Sintes y Xavi Jaume son sus compañeros de entrenamiento, y de paso los primeros que ven a Nuria en lo más alto del cajón, pero esa será la culminación de un largo camino que deberá recorrer a lo largo de la maratoniana jornada del jueves. La carabina es su compañera de viaje y en cuarenta disparos pondrá sobre la mesa sus opciones, dejando de lado sus estudios universitarios por unos días. Con un fin totalmente justificado.