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El Mallorca visita hoy Villarreal con el lastre de sus últimas visitas en las alforjas. La mochilla está repleta de piedras, de derrotas y de frustraciones en los desplazamientos precedentes. En sus siete últimos partidos como visitante, la tarjeta de presentación apenas arroja un empate y ¡seis derrotas!, un punto de los últimos 21 posibles... Esta es la peor racha foránea del Mallorca en Primera División desde la temporada 1999-00, cuando llegó a encadenar nueve encuentros consecutivos a domicilio sin conocer la victoria. Eso sí, el grupo que entonces dirigía Fernando Vázquez alteró esa dinámica con un triunfo de órdago: 0-3 en el Nou Camp. Desde entonces, hace ahora un lustro, el Mallorca nunca ha encadenado más de siete partidos a domicilio sin regresar a Palma con los tres puntos. Su último precedente data de la temporada 2001-02, con Gregorio Manzano en el banquillo, cuando también permaneció siete jornadas consecutivas lejos de su hinchada sin saborear una victoria. También truncó su racha con un partido que monopolizó portadas y titulares: 1-5 en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid...

Y eso que la llegada de Héctor Raúl Cúper no hacía presagiar esta paupérrima tarjeta a domicilio. El argentino debutó en el banquillo balear con un valioso empate en el Sánchez Pizjuán, un estadio que hasta ese momento no había dejado escapar ni un punto. En el siguiente viaje, saltó la bomba. El Mallorca se impuso 0-1 en La Romareda. Parecía que la salvación se divisaba en el horizonte. Pero no fue así. Desde aquella cita en Zaragoza, el pasado 21 de noviembre, las caras largas y el silencio ha marcado el viaje de vuelta a Ciutat. La mala racha se inició siete días más tarde, en Mestalla, cuando el Valencia se libró del Mallorca (2-0) en dos acciones de córners. A mediados de diciembre, después de haber remontado en casa ante el Numancia, las huestes de Cúper visitaban el Olímpico de Montjuic. El Espanyol, en un inicio eléctrico, impuso su mayor pegada (2-1) frente a un Mallorca que se permitió el lujo de desperdiciar un penalti. En la última cita de 2004, en San Mamés, el Athletic convirtió a la escuadra balear en un guiñapo (4-0).

El cambio de año no alteró el rumbo. El Mallorca despidió la primera vuelta en el Manuel Ruiz de Lopera ante un Betis que se apoyó en la sociedad Joaquín-Edu para despachar a los bermellones. Sin tiempo para lamentarse, el Santiago Bernabéu se cruzó de nuevo en el camino. Después de igualar el gol inicial de Figo gracias a un tanto de Campano, llegó la expulsión de Iuliano y la quinta derrota consecutiva a domicilio (3-1). El único partido que no se puede arrojar a la basura se disputó en Málaga. En un simulacro de encuentro, con más bostezos de juego, el Mallorca arrancó un punto en un partido en el que dispuso de claras ocasiones para marcar. En el último viaje, al Nou Camp, el Barça ganó 2-0 en una cita marcada por el penalti desperdiciado por Luis García con 0-0 en el marcador.