Las dos mejores y casi únicas raquetas de Eslovaquia han
oscurecido la defensa de la Ensaladera. La situación es complicada
ahora para el G-2 que componen Juan Avendaño y Jordi Arrese y sus
planes han saltado hechos añicos.
El destino de España queda ahora en manos del dobles que van a
componer Rafael Nadal y Albert Costa. El campeón puede quedar
prematuramente apartado de la competición si el dueto elegido por
los capitanes no estrecha las enormes distancias que ahora separan
a ambos equipos.
Las perspectivas de López y Verdasco se empañaron pronto. Con
Rafael Nadal limitado a los gestos de apoyo de los suplentes, la
apuesta española amparada en la superficie, en el cansancio del
balear y en los resultados particulares de los enfrentamientos
previos, queda ahora pendiente de una remontada heroica. Sin
precedentes. El equipo hispano nunca se clasificó con un 2-0
adverso.
Beck y Hrbaty desdibujaron las cartas españolas. Especialmente
el primero. El joven jugador de Zvolen, sin título de relumbrón en
su historial y ubicado en el puesto 43 del mundo, apabulló a
Feliciano (6-4, 7-5 y 6-3).
El toledano nunca tuvo el duelo de su parte. Apenas estuvo
amparado en su servicio y sólo en el segundo parcial, cuando tuvo
0-40 con empate a cuatro, atisbó un posible emerger en el partido.
Su rival lo evitó. La fortaleza del español se desplumó de un
plumazo ante un rival que firmó el compromiso de su vida.
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