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Santiago Aparicio | BRATISLAVA
Una improvisada pero sólida pareja de dobles, la formada por Karol Beck y el 'desconocido' Michal Mertinak, certificó el prematuro adiós de la Copa Davis de España, a la que derrotó por 7-6 (3), 6-4 y 7-6 (8), en el primer intento por defender la hegemonía adquirida el pasado año en Sevilla Eslovaquia planificó mejor todo el duelo. Y supo manejar mejor sus opciones. Distante de la riqueza tenística que parece adornar el panorama deportivo español, con varios jugadores entre los primeros del mundo y protagonistas destacados en varios torneos internacionales, el combinado centroeuropeo exprimió sus recursos.

Sus casi únicos argumentos, Dominik Hrbaty y Karol Beck, al margen del casi desaparecido Karol Kucera, contrarrestaron a la perfección la aureola hispana. Así ocurrió en la primera jornada del enfrentamiento. Con un resultado contundente para sus intereses y dañino y casi determinante para el campeón. Pero por si esto fuera poco, rescató del ostracismo a una raqueta secundaria pero desvelado, al menos en esta pista, como un consumado doblista: Michal Mertinak. Un hombre de veinticinco años, procedente de una pequeña localidad de Bratislava. Marginado de los grandes torneos y que se gana la vida participando en algunos de los destacados challenger del mundo.

Entre él y Beck sellaron el adiós de España, al que condenan a la lucha por la permanencia en el Grupo Mundial allá por el mes de septiembre. Un sólo 'break' en el partido frente a los españoles bastó a Beck y Mertinak para adoptar la consideración de héroes nacionales. Nadal y Costa no reservaron esfuerzos. Pelearon por cada bola. Y creyeron en el triunfo a pesar del 2-0 en contra en la eliminatoria y en el partido. Los pequeños detalles inclinaron el marcador. Especialmente porque el duelo estuvo sujeto a la eficacia del saque. En esto, Eslovaquia no lo cedió nunca. Nadal tampoco. Y sólo Costa, en el tercer juego del segundo parcial, cedió el suyo.