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«Todavía estamos vivos». Héctor Raúl Cúper mantiene encendida la llama de la esperanza. El entrenador del Mallorca lamentó las «cosas extrañas» que suceden en los goles encajados y el «partido alocado» que se vivió en los primeros minutos. Una vez más, su equipo reaccionó después de recibir un zarpazo: «La sensación que me deja el partido no es que tengamos que recibir un gol para reaccionar, sino que necesitamos un poco de tranquilidad. Hoy, una vez más, el partido se volvió loco en los primeros veinte minutos. Esa falta de tranquilidad conlleva a que se produzcan acciones no sé si decir inéditas, pero que resultan un poco extrañas porque no son habituales en un partido de fútbol. El primer gol de ellos, por ejemplo, llega precedido de una jugada nuestra en la que el balón pegó unas treinta veces en las piernas de los rivales. Pueden ser los nervios, la ansiedad y se producen algunas acciones extrañas. Estábamos sumergidos en un partido que no se terminaba de acomodar, no nos asentamos. Afortunadamente, el segundo tiempo fue todo lo contrario», subrayó Cúper.

El entrenador del Mallorca apenas salió de su banquillo a dar instrucciones a sus hombres durante el encuentro disputado ayer. Aunque no explicó los motivos del porqué optó por quedar relegado en un segundo plano, Cúper dio algunas pistas: «No es que dejara el partido en manos de los jugadores porque siempre asumo yo la responsabilidad, pero muchas veces puedo ser un objeto de nervios. Que un entrenador esté continuamente corrigiendo cosas a lo mejor crea más inquietud y opté por relajarme yo. Lo que necesita ver el jugador en el banquillo no son nervios, sino todo lo contrario».

El técnico argentino apostó el viernes por una metáfora para analizar la situación: «No es que tengamos el agua al cuello, respiramos sólo por un agujero de la nariz», dijo. Ayer, al respecto de si ya respiran por los dos agujeros, señaló: «La sensación que tenemos es que todavía estamos vivos y espero seguir en esa dinámica. Lo único que yo tengo la responsabilidad de quitarle tensión y presión al equipo. Ojalá podamos retomar otra vez el camino de los puntos, de los triunfos. Espero que esto sea el primer empujón fuerte para intentar salir de esta zona peligrosa».

El de Chabas reconoció haber iniciado el partido con una línea defensiva de tres y que finalizó con «una de siete y de ocho. Si ha servido para la victoria, bienvenida sea».

Aunque todavía restan seis días, en la rueda de prensa de ayer ya se comenzó a hablar del partido del próximo domingo en Santander ante el Racing, una cita clave para el futuro mallorquinista: «Quiero que se viva como una final porque en definitiva las finales son estímulos muy importantes. Hay que manejar la semana tratando de que se entienda bien lo que uno se juega, pero también que hay que intentar jugar a fútbol. Hoy faltaban 3 o 4 minutos y el equipo comenzó a tocar en defensa y me parece fenomenal. A ver si podemos jugar un poco más sueltos». El Mallorca visita El Sardinero el domingo, a las 17.00 horas, con una diferencia de sólo cuatro puntos que le convierte en el partido más importante de los últimos años.

Por su parte, el entrenador de la Real Sociedad, José María Amorrortu, dijo que el hecho de jugar «con ansiedad» por la necesidad de sumar puntos «te hace jugar con un poquito de impaciencia».

«Es algo que venimos trabajando, pero no acabamos no conseguir. Ya nos sucedió ante el Atlético de Madrid, que nos faltó claridad. Hoy, en la segunda parte no jugamos bien y eso nos costó la derrota», señaló el técnico vasco.

Amorrortu lamentó el hecho de que su equipo no hubiese podido conservar las dos ventajas que tuvo en el marcador, porque «el Mallorca reaccionó muy rápido y bien», admitió, y negó que su defensa hubiese sido blanda: «Sus dos delanteros (Luis García y Romeo) son rápidos, se mueven mucho, y nos plantearon muchos problemas», afirmó.