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Xisco Cruz|SANTANDER
El silencio dominaba el vestuario del Mallorca después de noventa minutos casi mortales para los isleños. Los jugadores, conscientes de la dificultad que va implicar el rescate del equipo en estas últimas jornadas, han adoptado un discurso en el que sobresalen algunas notas esparanzadoras, aunque nadie duda en reconocer la dureza del golpe encajado en la capital de Cantabria.

Tuni, que fue uno de los primeros en asomar la cabeza por la caseta de El Sardinero, destacaba que «lo de hoy -ayer- es muy malo para nosotros porque el Racing es un rival directo que se nos va y va a ser muy difícil recuperarse. Nos hemos encontrado enseguida con el 2-0 y darle la vuelta a un partido así es muy complicado. De momento sólo nos queda la opción de levantar la cabeza y pensar en el próximo partido ante el Sevilla», afirmaba. El de Sóller explicó que «dentro del vestuario no se ha comentado nada en especial. En situaciones así es muy dificil ser optimista, pero nosotros somos los primeros que debemos serlo».

Por su parte Alejandro Campano señalaba que «no nos podemos rendir ahora porque todavía quedan puntos y partidos por delante». En su intento de lanzar un mensaje optimista, el andaluz aseguró además que «tenemos que seguir peleando y animarnos lo antes posible». Para el capitán del conjunto mallorquinista «no ha existido ni tan siquiera la sensación de que pudiéramos remontar. Cuesta mucho levantarse y nosotros no hemos sido capaces. De todas formas creo que la gente está mentalizada y aunque cada vez nos queda menos, estamos obligados a seguir peleando. Ha sido un palo muy fuerte, pero mientras haya alguna posibilidad matemática vamos a seguir intentándolo».

En la misma línea se expresó el defensa Sergio Ballesteros, que destacó la importancia de los puntos entregados ayer al cuadro de Nando Yosu. «Le hemos regalado la salvación a un adversario directo y lo hemos hecho en sólo cuatro minutos que nadie esperaba que se fueran a desarrollar así».

El jugador valenciano vió al equipo «hundido» después de la tensión acumulada en el partido: «No hemos tenido nada de suerte, aunque eso no tiene que ser ninguna justificación. Tampoco hemos sabido meternos en el partido y lo hemos pagado. Personalmente creo que no lo tenemos todo perdido, aunque para salir de una situación como ésta tendríamos que protagonizar una gesta», reconocía el central.

Ballesteros cree que todo esto se debe a que el Mallorca ha concedido demasiadas facilidades a sus enemigos ultimamente. «Hemos regalado demasiadas cosas a nuestros rivales y la derrota contra el Racing ha supuesto un golpe moral muy fuerte. Ahora no podemos lamentarnos y no nos queda otra opción que reponernos. Debemos tener más argumentos y comprobar si somos de Primera o no», afirmaba.

El ex jugador del Villarreal recordó que «yo sabía cual era nuestra realidad y después de todo lo que ha pasado estamos ya siete puntos. Lo de esta tarde -ayer- responde ha sido un partido extraño que hemos cedido por errores individuales, aunque esto es el mal de todo aquel que está ahí abajo», matizaba.

Ballesteros, que fue uno de los jugadores que más se extendió en sus explicaciones, reconoció que el estado del vestuario tras la derrota no era el más adecuado para buscar la permanencia. «Cuando he entrado en la caseta he intentado animar a mis compañeros. Particularmente pienso que tenemos que demostrar la calidad humana y profesional que existe en esta plantilla», indicaba el levantino.

Miquel Àngel Moyà tampoco tuvo problemas a la hora de reconocer la carga de problemas que está maniatando al equipo: «En estos momentos tenemos que ser honrados y no vender humo. Vamos a exprimir nuestras opciones al máximo, pero sabemos que va a ser complicado salir de donde nos encontramos ahora», relataba el meta de Binissalem.

Según el internacional sub'21 «seguimos equivocándonos en cosas puntuales, pero lo importante ahora es que no nos vengamos abajo porque entonces si que sería complicadísimo mejorar nuestr situación».

Correa, que intentó contribuir al despegue del Mallorca en el segundo tiempo, señaló que «el vestuario está hundido, pero tenemos que intentar que esto pase lo más rápido posible. Hemos perdido un partido vital, pero tenemos que intentar ser fuertes».

El delantero uruguayo afirmó que «queda tiempo y aún dependemos de nosotros. Tenemos que trabajar duro para romper esta dinámica y agarrarnos a nuestras opciones».