Iba para partido del año, y acabó siendo una broma de mal gusto.
El Mallorca se ha abonado al esperpento cada vez que sale de la
Isla, pero lo de ayer rozó la infamia. Si el futuro inmediato del
equipo, del club y del mallorquinismo pasaba por Santander, está
claro que es negro, muy negro. El equipo de Cúper apareció por el
encuentro desenchufado y así le fue. En apenas cuatro minutos ya se
había quedado sin coartada, sin nada que hacer en el partido.
Encajó dos goles y se derrumbó. Así, sin más. Un peligroso
ejercicio de caída libre que le vuelve a convertir en un candidato
directo al descenso de categoría (3-0).
Andaba Cúper buscando su ubicación en el banquillo y el Mallorca
ya iba perdiendo. Mientras los jugadores del equipo isleño se
subían las calzas y se ajustaban el traje, el Racing ya se había
granjeado un buen futuro en el choque. En un abrir y cerrar de ojos
el grupo de Nando Yosu había rajado la cita, primero con un tiro
imponente de Anderson y luego con un remate acrobático de Aganzo.
La hinchada se frotaba las manos, mientras el Mallorca dejaba para
otra ocasión eso del encuentro del año. Fueron cuatro minutos
delirantes, terribles.
Fallos en las marcas, apatía, falta de concentración..., todo en
el partido más importante de la temporada. Y es que apenas se
habían consumido 20 segundos y Javi Guerrero ya había advertido el
área de Moyà con un disparo que fue el origen del primer gol. La
pelota fue escupida a córner y desde allí el Racing fabricó el 1-0;
Morán dispuso desde la esquina y Anderson empaló a la red tras
apropiarse de un balón sin dueño (minuto 1). Sin tiempo para
asimilar el golpe, el Racing le propinó otra bofetada al Mallorca.
Morán recortó desde la izquierda, envió al área un centro templado
y David Aganzo dibujó un remate espectacular que superó a Moyà
(minuto 4). Una ruina.
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