Luis García se dirige a sus compañeros durante un partido.

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En medio de la tormenta, la plantilla del Mallorca ha decidido alzar la voz para reivindicar una última oportunidad, un ultimo «voto de confianza». Los jugadores son conscientes del revuelo que se ha generado a su alrededor y han optado por taponar momentáneamente la hemorragia y dirigir la vista hacia el partido ante el Sevilla, una cita que todos se han apresurado a subrayar como decisiva para conservar las constantes vitales. El plantel se ha olvidado ya de las famosas reuniones del comienzo de la semana y ha sellado las puertas del vestuario para agarrarse a las posibilidades que le quedan. La consigna es clara: Ganar al Sevilla y disponer de algún argumento que invite a la esperanza. En la mañana de ayer, el presidente, Mateo Alemany y el máximo accionista de la entidad, Vicenç Grande, quisieron mostrar también su respaldo al equipo y acudieron a la sesión de trabajo en Son Bibiloni para estar junto a los futbolistas y compartir impresiones con el cuerpo técnico. Por el momento, todos los estamentos del club están plenamente implicados en el proyecto y a la espera de que la clasificación dicte sentencia, parecen haber cerrado filas con vistas a un objetivo común.

Luis García fue uno de los que ayer ejercieron como portavoces del grupo durante la habitual rueda de prensa posterior al entrenamiento. El asturiano se está especializando en situaciones límite y después de lo que le tocó vivir la temporada pasada en Murcia -el equipo acabó descendiendo- no tiene la intención de pasar por un trago similar en su primer año como rojillo. «En el vestuario sólo hay ganas e ilusión», destaca. El atacante bermellón asegura que «sabemos que tenemos que ganar seis partidos para conseguir la salvación matemática y por eso sólo pensamos en el partido contra el Sevilla con mucha ilusión y profesionalidad». Sobre este último rasgo, Luis García reconoció que en la caseta no han caído demasiado bien algunos de los comentarios que se han vertido sobre el grado de implicación de varios jugadores. «La profesionalidad de esta plantilla se ha demostrado en cada partido, como cuando se ha puesto por detrás en el marcador. Es cierto que las críticas igual nos han podido molestar, pero también es normal que suceda esto cuando las cosas van mal. Los únicos que lo podemos cambiar somos nosotros y en nuestras botas queda».

Luis García también habló de la relación que han mantenido durante el presente ejercicio con la afición mallorquinista: «A la afición es complicado dirigirse cuando ha ido todo el año al campo y ha estado animándonos, pero quizá haga falta ese último esfuerzo porque sabemos que si ganamos los partidos que nos quedan en casa lograremos la permanencia. Necesitamos ese último aliento y ese voto de confianza porque vamos a dejarnos la piel en el terreno de juego», añade. El máximo goleador del Mallorca no se fía del Sevilla porque «van a venir aquí con todas las ganas y con la intención de meterse en Champions», aunque cree que lo único preocupante en estos momentos para la plantilla es su propio estado de ánimo: «Ahora estamos mal, pero enganchando un par de resultados positivos te pones ahí al lado y los equipos que están en la zona peligrosa se empiezan a poner nerviosos. Debemos confiar en nosotros mismos porque si no, no saldremos». El ariete quiso subrayar que «no hay ansiedad entre los jugadores», aunque si «mucha experiencia para moverse en estas situaciones».