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Rafa Pascual vuelve a lucir los colores del Son Amar catorce años después. El que durante muchos años ha sido considerado como el mejor jugador del mundo compareció ayer ante los medios para explicar sus primeras sensaciones como nuevo jugador del club balear. Con el dorsal 17 a su espalda y envuelto en una expectación poco habitual en el voleibol, el madrileño se presentó en sociedad como la gran apuesta de los mallorquines de cara aplay off por el título y aunque llega avalado por una humildad impropia de los deportistas de elite, es consciente de que su presencia en la plantilla va a disparar más todavía la ilusión que rodea al grupo que dirigen Bogoevski y Marcelo Méndez. «Sólo vengo a ayudar a ganar el título de Liga», recuerda.

Rafa Pascual recala en Son Moix procendente del potente voleibol italiano y asegura que regresa con toda la ilusión del mundo con la intención de «trabajar mucho para ganarme un sitio en el equipo». El jugador, que antes de su presentación había tenido la primera toma de contacto con la plantilla en la sesión de entrenamiento del plantel, se mostró «muy sorprendido por el alto nivel de exigencia y ritmo» que imprime el técnico y más aún, con el grado de implicación con el que lo asumen los jugadores: «Sé que vengo a un equipo que funciona dentro y fuera de las pistas. Antes de firmar hablé con todo el mundo para saber si podía aportar algo al equipo, y como todas las respuestas fueron afirmativas, no dudé un segundo en regresar a Palma donde jugué con 21 años. No puedo prometer títulos, pero sí un trabajo y mucho sacrificio», afirmaba.

Pascual reconoció que en estos momentos está algo cansado por sus últimos encuentros en Italia y por el trasiego de los últimos días, aunque subraya que espera acoplarse cuanto antes a su nuevo vestuario para empezar a demostrar su valía sobre la pista.