El filial alarga su dinámica y sale del agujero

Carlos Román
El filial se resiste a seguir viviendo en las cloacas y ayer dió un nuevo paso hacia la salvación que además, le sirve para apartar del camino a un adversario. Los de Cazorla siguen inmersos en una dinámica favorable y están aprovechando su dulce momento de forma para corregir todos los errores del comienzo de curso (2-0).

Los rojillos se veían las caras con un Navalcarnero agobiado por las dificultades y supieron sacar la cita adelante a pesar de mostrarse más que espesos que en las jornadas anteriores.

El primer en marcar el territorio fue el francés Johan Cavalli, que a los 14 minutos de juego envió el balón a la madera después de ejecutar un preciso lanzamiento de falta desde el borde del área. Fue de lo poco destacable de ese nacimiento del choque, ya que el Navalcarnero aplicó toda su bravura en ese tramo y el filial nunca pudo acomodarse sobre el terreno de juego. Los madrileños por su parte, vieron que podían crear peligro a la contra y se proyectaron en dos ocasiones que estuvieron a punto de premiar su esfuerzo. La primera, en las botas de Óscar tras un fallo de Tito (minuto 21) y la segunda, en una volea de Valentín que se marchó por encima de la puerta de Cabrero (minuto 26).
No obstante, cuando parecía que el Mallorca B estaba pasándolo peor Víctor acudió a su rescate. El delantero internacional se adueñó de un rechace en el área que llegó como consecuencia de un disparo de Rafita y no perdonó. El gol dejó muy tocado a los visitantes, que a partir de ese momento se fueron descomponiendo (minuto 28).
El cuadro balear no quiso forzar demasiado la máquina tras el descanso y esperó a que fuera el Navalcarnero el que se entregara. Cazorla le dió entrada a Enric Pi para contar con más pegada en los últimos metros y su decisión reportó los primeros dividendos de forma instantánea. El catalán sentenció el choque con un disparo cruzado que no supo atajar Carrasquilla y los isleños se metieron el triunfo en el bolsillo (minuto 54).
El Navalcarnero trató de aporximarse a su rival en la última fase del encuentro, pero lo hizo sin ningún tipo de criterio. El Mallorca controló el partido de forma desahogada y tuvo incluso tiempo para hacer más grande su ventaja.