Con la verdad por delante y pruebas documentales como argumento, el
Alcúdia sale al paso de las especulaciones que refieren un posible
traslado de la plaza LEB-2 a otra ciudad. El vicepresidente del
club y otrora propietario de los derechos, Julio Gálvez, podría
haber establecido contactos con varios clubes e instituciones
(Badajoz, Huesca...) para hacer efectiva una operación sin pilar
jurídico que la sustente.
En una nota oficial, la entidad presidida por Miquel Ramis
recalca que la plaza fue cedida por el CB Aracena al Alcúdia, en
aplicación del artículo 22 del Reglamento General de Competiciones
de la Federación Española de Baloncesto (FEB). El acuerdo verbal
entre ambas partes establecía que Gálvez confeccionaría la
plantilla, sería vicepresidente y delegado del equipo profesional y
durante el primer año, figuraría la denominación Aracena. Además,
la propiedad de la plaza correspondería al Alcúdia siempre que
tuviera presupuesto para seguir en competición. En caso de cese de
Gálvez por parte del club, se acordó una indemnización.
Toda vez que se cerró la cesión, el Alcúdia debía cerrar el
presupuesto (600 mil euros), controlar la gestión del club y buscar
patrocinadores. A día de hoy, el Alcúdia ha cumplido con todos los
pagos, a excepción de los correspondientes a conceptos de hotel y
desplazamiento de Gálvez. El motivo de las quejas del Alcúdia es el
que Gálvez pretendiera realizar personalmente los pagos del primer
equipo, entregándole la directiva los importes. El club se negó, al
ser una función que le corresponde.
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