Rafael Nadal levanta el pesado trofeo tras ganar su segundo torneo consecutivo.

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C. Domènec
El manacorí Rafael Nadal ganó a Juan Carlos Ferrero en la final del Open Seat Godó por 6-1, 7-6 (7-4) y 6-3 en 2 horas y 56 minutos. Era la quinta final española del abierto barcelonés. En la ocasión anterior, Ferrero derrotó en cinco sets a Carlos Moyà en una de las finales más largas de la historia del torneo. El triunfo deja a Nadal en la séptima posición del ATP y supera, en el selecto club de los Top Ten, a Agassi, Moyà, Nalbandián y Coria. El triunfo en Barcelona reflejó el estado de gracia actual y la confianza tenística de Rafael Nadal. Ferrero intentó frenar al mallorquín con garra y desde el fondo de la pista pero el balear restó más fuerte, profundo y angulado. Además, supo decidir mejor en los momentos claves del partido.

El juego empezó con un estilo, aparentemente, parecido a ambos lados de la red: bolas al fondo de la pista buscando las líneas, golpes liftados para preparar el punto y planos para resolverlos. Desde el inicio del partido, el servicio marcó una importante diferencia entre el valenciano y el mallorquín. Mientras Ferrero sufría para mantenerlo, Nadal conseguía con autoridad, conservar el suyo. En el cuarto juego, se produjo la primera ruptura a favor de Nadal, que de esta manera encarrilaba el primer set. Con 4-1, Ferrero perdió por segunda vez su saque, con una doble falta. Ya con 5-1, Nadal resolvió el set con un ace.

La segunda manga empezó igualada. Los jugadores se rompieron el servicio en el cuarto y quinto juego. Ferrero entró en el partido y Nadal mostró su capacidad para la lucha en situación adversa. En cada punto importante que ganaba, el mallorquín cerraba sus puños y dirigía su mirada a Toni Nadal, su tío y entrenador, sentado junto a Miquel ngel Nadal. Con 3-3 en el marcador, los jugadores ofrecieron un tenis serio, sobrio y agresivo desde el fondo de la pista, con alternancia de puntos ganadores y muchos recursos, desde dejadas a subidas a la red, contra pies y pelotas esquinadas. Fue uno de los momentos de mejor juego del partido. Así se llegó a empate a seis y muerte súbita.