El president del Govern, Jaume Matas, en un instante de la entrevista que concedió a Ultima Hora en el Consolat de Mar. Foto: PERE BOTA

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Albert Orfila / Fernando Fernández
Entre muchas otras cosas, Jaume Matas i Palou (Palma, 1956) pasará a los anales de nuestra Comunitat como president que ama el deporte. Forma parte de su vida, y dentro del catálogo de intenciones de su Ejecutivo lo ha establecido como una de las prioridades. Es consciente de que Balears es una potencia mundial, y por ello ha echado el resto para recuperar el terreno perdido y sentar unas buenas bases de futuro. Las infraestructuras, los desplazamientos interislas o las ayudas a los deportistas han sido algunas de las principales consignas que ha llevado a buen puerto en casi dos años de mandato. Los grandes acontecimientos también han regresado, pero al filo del ecuador de la legislatura, Jaume Matas pasa revista a un ciclo en el que han cambiado muchas cosas, aunque todavía queda mucho camino por recorrer.

-¿Qué balance realiza en materia deportiva a punto de llegar al ecuador de su mandato?
-Sin ningún género de dudas, es positivo. Para empezar, por primera vez en Balears, la Direcció General d'Esports depende de Presidència. No es algo fortuito, es una apuesta clara por el deporte y eso se va a notar. Este Govern cree en el fomento de la práctica deportiva y, además de ser un proyecto de legislatura, espera poder poner la primera piedra de un plan que tenga vigencia más allá de 2007. Desde Esports se ha realizado una labor de apoyo a través de Illesport centrada en la élite, incluyendo a los deportistas olímpicos y paralímpicos. Además, realizamos reformas legislativas que se concretarán en la lucha contra el dopaje y la violencia. Por si fuera poco, en dos años plasmaremos la inversión más importante que jamás se haya realizado en infraestructuras deportivas. Serán unos 120 millones de euros, que en su mayor parte irán destinadas a la base.

-¿Cuál es el estado de salud actual de nuestro deporte?
-A día de hoy, padece un déficit de infrestructuras importante. Pero de todo tipo. Se ha de priorizar la inversión en las mismas, pero repito, la base por delante. Son necesarias instalaciones de referencia para atraer grandes acontecimientos que sirvan de promoción. Hay que unir el fomento del deporte con la promoción del mismo. Pero este marco de colaboración se extiende a todas las islas. En Menorca, haremos el gran pabellón que debe ser de ACB, pero también en Formentera hay un polideportivo en marcha, sin dejar de lado el velódromo de Sant Ferran. Allí pondremos sobre la mesa 46 millones de euros, y se acabará en los plazos fijados, en tiempo récord. Allí se celebrará el Mundial de ciclismo en pista, el Eurobásket, podrá jugar el Son Amar... El Consell cederá los terrenos y entre Ajuntament de Palma y Govern correremos con la subvención. De momento, el Consejo Superior de Deportes no se ha pronunciado, pero no podemos esperar, tenemos unos plazos.

-Los grandes eventos eran un punto clave en su declaración de propósitos, y entre ellos, estuvo la Copa América. ¿Perderla ha sido la mayor decepción que se ha llevado?
-Sinceramente, el día que pasó, fue triste, significó una gran decepción. Hoy, ya no lo sé. En caliente, me afectó mucho, porque no pudimos ofrecer la posibilidad de negocio que otros sí aprovecharon. Pero ahora tengo mis dudas. A lo mejor no fue tan grave. En Valencia, están teniendo problemas y quejas con las inversiones estatales. Eso también lo habríamos sufrido aquí.

-¿Está satisfecho con la labor de Pepote Ballester al frente de la Direcció General d'Esports? ¿Qué nota le pondría?
-No le quiero puntuar. Es la primera vez que un director general ha sido deportista. Esta es la clave. Es el único que tiene contacto regular y directo conmigo, no es ningún secreto. Cuando hablamos, hay planteamientos que no coinciden, pero es normal, pues él es más deportista que político, y eso es bueno. Él lo vive. Ha aprendido rápido, pero todavía le queda mucho por hacer.

-Siempre se ha dicho que usted marca al milímetro la política deportiva del Govern, ¿es cierto?
-Me gusta hacerlo, al milímetro no, pero ellos me hacen participar. La política deportiva es muy importante y hay que estar pendiente de todos los detalles.

-Sant Ferran, Menorca, Príncipes de España, e incluso un centro de tecnificación en Calvià. ¿Cree que se cubrirá así el déficit de instalaciones?
-Estaremos cerca. Aunque en el proyecto de Calvià participa la iniciativa privada. No estará todo arreglado, pero daremos un paso al frente importante. La mayoría de actuaciones se refieren a remodelaciones, reformas de instalaciones existentes. Durante la pasada campaña electoral, visité algunos lugares en los que resultaba evidente que se necesitaba un cambio. Con estas inversiones, podremos las cosas al día. Todavía nos quedará un proyecto pendiente en Príncipes de España. Allí se lleva a cabo una reestructuración, pero en el día de mañana, necesitará un nuevo proyecto. No cabe en esta legislatura, pero más tarde alguien deberá asumirlo.

-¿Ha cumplido el equipo ciclista Illes Balears con las expectativas que se habían fijado?
-El último contrato que hemos firmado es la prueba más evidente. Este equipo tiene muchos novios, porque heredamos la mejor estructura ciclista de Europa. El proyecto de Echávarri y Unzúe es garantía de éxito, y en el ProTour es un valor seguro. Ha cumplido con las expectativas, porque independientemente de las victorias que se hayan logrado hasta ahora, cuando llegue la hora de la verdad, seguro que nos dará alegrías. En cualquier caso, el Illes Balears realiza una magnífica promoción, que se valora en cinco o seis veces más de lo que se gasta en él. Su repercusión mediática es incontestable. Además, el ciclismo está muy arrelado en esta tierra. No hay más que ver cómo están las carreteras de ciclistas, llenas. Es un turismo muy rentable, son más de cien mil personas cada temporada. La nueva televisión autonómica nos ayudará a conocer mejor la realidad del Illes Balears. Si se pudiera seguir una etapa del Tour, uno se asustaría de la repercusión del equipo. Es un lujo. Recuerdo cuando la gente del ciclismo balear me dijo que jamás tendríamos una ocasión así, de poder tener un equipo como el Banesto.

Su contrato expira en 2006, y la irrupción de Caisse d'Epargne ha cambiado la visión del futuro. ¿Se han planteado si seguirán o no como patrocinadores?
-No lo hemos pensado, pero manejamos algunas alternativas. En su momento, nos tendremos que sentar y valorar nuestras posibilidades de futuro. Es un producto que nos quieren quitar de las manos y debemos hacer un pensamiento.

-Balears es una referencia internacional. Como muestra, a Atenas envió su delegación más numerosa. Pese a ello, ¿cree que al apoyo que les presta el Govern es suficiente?
-Nunca puede serlo, ojalá les pudiéramos apoyar más de lo que lo hacemos. En los Juegos Olímpicos, tuvimos maña suerte, y eso que contábamos con claras opciones de medalla. Fue una lástima lo de Elena Gómez o Brigit Yagüe. Lo importante es que este programa da sus frutos. Yo soy el primero que reconoce que parte de este plan se inició con el anterior Govern. Fue una medida acertada. El éxito de Atenas no es sólo patrimonio nuestro. Hubo cosas en las que nuestros antecesores se equivocaron, pero aquí tienen mucha parte de mérito. ¿De cara al futuro? Intentaremos que tengan todas sus necesidades cubiertas. De hecho, me reuní uno por uno con ellos y les pedí si necesitaban algo. Se trata de estar a su lado, que se sientan arropados.