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Andaba el partido por el minuto 94. Yoshito Okubo agarraba un servicio en profundidad, lanzaba una carrera enorme en busca de la portería de Sanzol, al que le elevaba el balón por encima de su cuerpo. La pelota iba acercándose de forma mansa hacia el gol, pero fue entonces cuando apareció la pierna de David López, que sacó el cuero. ¿Desde dónde? Okubo se había ido hacia la banda, se había quitado la zamarra y ya festejaba el tanto. Pero el asistente no lo concedía, por lo que el Mallorca se quedaba sin premio en Pamplona. Pudo ser una acción definitiva, determinante, pero se quedó en una jugada para la polémica. Cúper dijo que soplaba mientras el balón se iba a acercando a la red, pero que no había visto nada. Aguirre aseguró que tampoco, pero que mientras la pelota se iba aproximando a la portería lo veía «todo negro». Okubo explicó abiertamente que había seguido la trayectoria del balón hasta el final y que estaba dentro, pero el más claro fue el canterano Víctor Casadesús: «Creo que no ha entrado. Jorge López estaba muy cerca de la jugada y dice que no ha entrado», declaró tras el choque.

El japonés Okubo había aparecido por el partido allá por el minuto 88, sustituyendo a Luis García, que apenas había entrado en juego. El delantero nipón entraba en busca del milagro, de algún balón en profundidad que le permitiera diseñar un contragolpe letal. Entró en el campo casi al mismo tiempo que Aloisi estrellaba un balón en el poste, luego de un balón rechazado en el área chica. Poco después, alcanzaba una pelota en profundidad, explotaba su enorme velocidad y miraba a los ojos a Sanzol. Ante la desesperada salida del portero osasunista, que ya había fallado en el primer gol logrado por Farinós, Okubo decidió elevarle el balón por encima del cuerpo. Sin embargo, no lo hizo con mucha potencia. El esférico parecía que se iba a morir en cualquier momento y entonces irrumpió en escena David López, que lo escupió a la banda.

Todos miraban al asistente, todos levantaban los brazos, todos miraban al colegiado, que no indicaba nada. Okubo ya se encontraba en la orilla, sin camiseta y protestando la determinación de los árbitros. La jugada fue repetida hasta la saciedad, pero ni siquiera las imágenes de televisión dejan claro si la pelota entra o no en la portería. En una de las secuencias, con la imagen congelada, da la sensación de que el balón no entra y de que David López llega a tiempo, aunque es imposible apuntar hacia una u otra dirección.